Romanos 1
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Saludos
1 Corintios 1:18-24; Gálatas 1:1-5; Tito 1:1-4
1 Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, 2 (que había prometido antes, por medio de sus profetas, en las santas Escrituras), 3 acerca de su Hijo, nacido de la descendencia de David, según la carne, 4 y designado Hijo de Dios con poder, conforme al Espíritu de santidad, por su resurrección de entre los muertos, Jesucristo nuestro Señor, 5 por quien recibimos gracia y apostolado, para obediencia a la fe por su nombre entre todos los gentiles, 6 entre quienes estáis vosotros también, llamados para ser de Jesucristo; 7 a todos los amados de Dios que estáis en Roma, santos por llamamiento: Gracia a vosotros y paz, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Acción de gracias y oración
8 En primer lugar doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo, por todos vosotros, porque vuestra fe es anunciada en todo el mundo. 9 Porque Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, me es testigo de que sin cesar me acuerdo de vosotros, rogando siempre en mis oraciones, 10 que si es la voluntad de Dios, me sea de algún modo posible hacer por fin un viaje para ir a veros. 11 Porque anhelo veros, para impartiros algún don espiritual, a fin de que seáis fortalecidos; 12 y esto para que junto con vosotros seamos confortados, cada cual por la fe del otro, tanto la vuestra como la mía. 13 No quiero que ignoréis, hermanos, que muchas veces me propuse ir a visitaros para tener algún fruto también entre vosotros, así como entre los demás gentiles, pero hasta ahora he estado impedido. 14 Soy deudor tanto a griegos como a bárbaros, a sabios como a ignorantes; 15 así que, en lo que a mí me concierne, estoy dispuesto a anunciaros el evangelio a vosotros también que estáis en Roma.
La tesis de la epístola
16 Pues no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo el que cree, al judío primeramente, y también al griego. 17 Porque en el evangelio justicia de Dios es revelada por fe y para fe; según está escrito: «El justo vivirá por fe.» [Habacuc 2:4]
Todos los hombres sin excepción bajo el juicio de Dios
El juicio ya determinado
Salmo 19:2-5; Isaías 44:9-20; Efesios 4:17-19; 1 Pedro 4:3-5
18 Porque la ira de Dios es revelada desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que detienen con injusticia la verdad. 19 Porque lo que se conoce de Dios les es manifiesto; porque Dios se lo manifestó. 20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y divinidad, desde la creación del mundo se hacen claramente visibles en las cosas creadas, y así no tienen excusa; 21 porque habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias; sino que se hicieron vanos en sus razonamientos, y su necio corazón se llenó de tinieblas. 22 Pretendiendo ser sabios, se hicieron insensatos, 23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. 24 Por lo cual Dios los entregó, en las pasiones de sus corazones, a la impureza, para que sus cuerpos sean deshonrados entre ellos, 25 que cambiaron la verdad de Dios en mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura antes que al Creador, quien es bendito por los siglos. Amén. 26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues incluso sus mujeres cambiaron el uso natural en lo que es contra naturaleza; 27 de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, ardieron en sus pasiones uno hacia otro, cometiendo actos vergonzosos, varones con varones, y recibiendo en sí mismos la debida recompensa de su error. 28 Y como no aprobaron tener en cuenta a Dios, los entregó Dios a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; 29 se llenaron de toda injusticia, maldad, codicia, malicia; llenos de envidia, homicidio, riña, engaño, malignidad; murmuradores, 30 detractores, aborrecedores de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de maldades, desobedientes a sus padres; 31 sin discernimiento, desleales, sin afecto natural, sin misericordia; 32 los cuales, conociendo el decreto de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también se complacen en los que las practican.