Romanos 9
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Israel y los gentiles en el plan de Dios (9:1 al 11:36)
La elección y el pecado de Israel
Romanos 10:1; 11:28-29; Gálatas 4:22-31
1 Digo la verdad en Cristo, no miento, mi conciencia da testimonio conmigo en el Espíritu Santo, 2 de que tengo gran tristeza e incesante dolor en mi corazón. 3 Porque he deseado ser yo mismo anatema, separado de Cristo, por mis hermanos, mis parientes según la carne; 4 que son israelitas, de quienes son la adopción, la gloria, los pactos, la promulgación de la ley, el culto y las promesas; 5 de quienes son los patriarcas, y de quienes, según la carne, vino el Cristo, ¡el cual es, sobre todas las cosas, Dios bendito por los siglos!
El verdadero Israel según la elección de Dios
6 No es que haya fracasado la palabra de Dios; porque no todos los que descienden de Israel, son Israel; 7 ni por ser descendientes de Abraham, son todos ellos hijos; pero: «En Isaac será llamada tu descendencia.» [Génesis 21:12] 8 Esto es, no son los hijos de la carne los hijos de Dios; sino los que son hijos de la promesa son contados como descendientes. 9 Porque esta fue la palabra de la promesa: «Por este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo.» [Génesis 18:10] 10 Y no solo eso, sino que también a Rebeca, habiendo concebido de Isaac nuestro padre 11 (cuando sus hijos aún no habían nacido, ni hecho cosa buena ni mala, para que el propósito de Dios, según la elección permanezca, no por obras, sino por aquel que llama), 12 le fue dicho: «El mayor será siervo del menor.» [Génesis 25:23] 13 Así como está escrito: «Amé a Jacob, mas a Esaú aborrecí.» [Malaquías 1:2, 3]
El Dios soberano es justo
Salmo 145:17; Isaías 45:9; Jeremías 18:1-6
14 ¿Qué, pues, diremos? ¿Hay injusticia en Dios? ¡De ninguna manera! 15 Pues dice a Moisés: «Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y tendré compasión del que yo tenga compasión.» [Éxodo 33:19] 16 Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. 17 Porque la Escritura dice a Faraón: «Para esto mismo te levanté, para mostrar en ti mi poder, y para que fuese publicado mi nombre por toda la tierra.» [Éxodo 9:16] 18 Así que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.
La soberana libertad de Dios
19 Tú me dirás: ¿Por qué inculpa aún? Pues, ¿quién ha resistido a su voluntad? 20 Al contrario, ¡oh hombre!, ¿quién eres tú que replicas contra Dios? ¿Acaso el objeto modelado dirá al que lo modeló: Por qué me has hecho así? 21 ¿Será que el alfarero no tiene autoridad sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? 22 ¿Y qué hay si Dios, queriendo manifestar su ira y dar a conocer su poder, soportó con mucha paciencia vasos de ira ya preparados para perdición, 23 a fin de dar a conocer las riquezas de su gloria en vasos de misericordia, que él preparó para la gloria; 24 a los que también nos llamó, no solo de entre los judíos, sino también de entre los gentiles?
La misericordia de Dios
25 Como dice además en Oseas: «Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, y amada, a la que no era amada.» [Oseas 2:23] 26 «Y en el lugar donde les fue dicho: No sois mi pueblo, allí mismo serán llamados hijos del Dios vivo.» [Oseas 1:10] 27 E Isaías clama con respecto a Israel: Aunque sea el número de los hijos de Israel como la arena del mar, solo el remanente será salvo; 28 porque el Señor° ejecutará su palabra en la tierra, acabándola y acortándola. 29 Y, como Isaías había dicho antes: «Si el Señor° de los ejércitos no nos hubiera dejado posteridad, hubiéramos venido a ser como Sodoma, y habríamos sido semejantes a Gomorra.» [Isaías 1:9]
El error de Israel
Romanos 3:19-29; Gálatas 3:8-14, 21-29; 1 Pedro 2:6-10
30 ¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles que no seguían la justicia, alcanzaron la justicia, pero una justicia basada en la fe; 31 pero Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó. 32 ¿Por qué? Porque no era por fe, sino por obras. Tropezaron en la piedra de tropiezo, 33 como está escrito: «Mirad que pongo en Sion una piedra de tropiezo y roca de caída; y el que cree en él no será avergonzado.» [Isaías 8:14; 28:16]