Gálatas 1
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Destinatarios y saludos
Romanos 1:1-7
1 Pablo, apóstol (no de parte de los hombres, ni mediante hombre, sino por Jesucristo y por Dios Padre, que lo resucitó de entre los muertos), 2 y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia: 3 Gracia y paz a vosotros de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo; 4 quien se dio a sí mismo por nuestros pecados, para librarnos del presente siglo malo, según la voluntad de nuestro Dios y Padre, 5 a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
La inconstancia de los gálatas
Gálatas 3:1-5; 4:9-20; 5:1-12
6 Me asombro de que tan pronto os apartéis del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente; 7 no que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. 8 Pero si incluso nosotros o un ángel del cielo os predicara un evangelio diferente del que nosotros os hemos predicado, ¡sea anatema! 9 Como antes hemos dicho, otra vez lo repetimos: ¡Si alguien os predica un evangelio distinto del que habéis recibido, sea anatema! 10 Porque ahora, ¿busco el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O busco agradar a los hombres? Si aún yo agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo. 11 Porque os hago saber, hermanos, que el evangelio que he predicado, no es según el hombre.
Pablo recibió el Evangelio por una revelación de Jesucristo
Hechos 9:1-20, 23, 30; 11:1-17; 15:7-11; 22:3-21; 26:9-20
12 Porque ni lo recibí, ni me fue enseñado por un hombre; sino por revelación de Jesucristo. 13 Habéis oído cuál fue mi conducta anterior en el judaísmo, la furia con la que perseguía a la iglesia de Dios y la destruía; 14 y aventajaba en el judaísmo a muchos de los contemporáneos de mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres. 15 Pero cuando el Dios que me separó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, tuvo a bien 16 revelar a su Hijo en mí, para que yo lo predicara entre los gentiles, de inmediato no consulté con carne y sangre; 17 ni subí a Jerusalén a ver a los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y de nuevo regresé a Damasco. 18 Luego, después de tres años, subí a Jerusalén para conocer a Cefas, y permanecí con él quince días. 19 Y no vi a ningún otro apóstol, sino a Jacobo, el hermano del Señor. 20 En cuanto a lo que os escribo, os aseguro delante de Dios que no miento. 21 Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia; 22 y personalmente era desconocido por las iglesias de Judea que están en Cristo; 23 solo oían decir: Aquel que antes nos perseguía, ahora predica la fe que antes destruía. 24 Y glorificaban a Dios en mí.