Mateo 13
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Las parábolas del reino
La parábola del sembrador
Marcos 4:1-20; Lucas 8:4-15
1 Aquel mismo día, salió Jesús de la casa, y se sentó junto al mar. 2 Se le acercó una gran multitud; por lo cual, se subió en una barca y se sentó; y toda la gente estaba en la playa. 3 Les habló de muchas cosas en parábolas, diciendo: Mirad, un sembrador salió a sembrar. 4 Al sembrar, unas semillas cayeron junto al camino; vinieron las aves y se las comieron. 5 Otras cayeron en pedregales, donde no tenían mucha tierra; y pronto brotaron por no tener profundidad de tierra. 6 Pero al salir el sol, se quemaron y como no tenían raíz, se secaron. 7 Otras cayeron entre espinos; y los espinos crecieron, y las ahogaron. 8 Pero otras cayeron en buena tierra, y dieron fruto; una a ciento, otra a sesenta y otra a treinta. 9 ¡Quien tiene oídos, que oiga!
Marcos 4:10-12; Lucas 8:9, 10
10 Acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas en parábolas? 11 Él, respondiendo, dijo: Porque a vosotros ha sido dado el conocer los misterios del reino de los cielos; pero a ellos no les ha sido dado. 12 Porque al que tiene, le será dado, y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. 13 Por esto les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. 14 Y se cumple para ellos la profecía de Isaías, que dice: De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis. 15 Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible; y con los oídos oyen difícilmente, y han cerrado sus ojos; no sea que vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan con el corazón, y se conviertan, y yo los sane. 16 Mas bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. 17 Pues de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver las cosas que veis, y no las vieron; y oír las cosas que oís, y no las oyeron.
18 Oíd vosotros, pues, la parábola del sembrador. 19 Cuando alguien oye la palabra del reino, y no la entiende, viene el Maligno, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón; este es aquel que fue sembrado junto al camino. 20 El que fue sembrado en pedregales es aquel que oye la palabra y la recibe con gozo; 21 pero no tiene raíz y dura poco; cuando llega la tribulación o la persecución por causa de la Palabra, al momento se escandaliza. 22 El que fue sembrado entre espinos es aquel que oye la palabra, mas la preocupación de esta vida y el engaño de la riqueza la ahogan, y no da fruto. 23 Pero el que fue sembrado en buena tierra es el que oye y entiende la palabra, el que de veras da fruto, y produce uno a ciento, otro a sesenta y otro a treinta.
La parábola de la cizaña
24 Les propuso otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. 25 Pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. 26 Cuando la hierba brotó y produjo fruto, entonces apareció también la cizaña. 27 Vinieron los siervos al dueño de la casa, y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde pues tiene cizaña? 28 Y él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Los siervos le dijeron: ¿Quieres que vayamos y la quitemos? 29 Pero él dijo: No, no sea que al quitar la cizaña, arranquéis junto con ella el trigo. 30 Dejadlos crecer juntos hasta la siega; y en el tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; mas el trigo recogedlo en mi granero.
La parábola del grano de mostaza y de la levadura
Marcos 4:30-32; Lucas 13:18-21
31 Les propuso otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre, y lo sembró en su campo. 32 El cual es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es más grande que las hortalizas, y se hace árbol; y vienen las aves del cielo y anidan en sus ramas.
33 Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fermentó.
34 Todas estas cosas dijo Jesús a la multitud en parábolas, y sin parábolas no les hablaba; 35 para que así se cumpliera lo dicho por el profeta, esto es: «Abriré en parábolas mi boca; declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.» [Salmo 78:2]
La parábola de la cizaña explicada
36 Entonces, tras dejar a la multitud, entró en la casa; y sus discípulos se acercaron a él, diciendo: Explícanos la parábola de la cizaña del campo. 37 Él, respondiendo, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; 38 el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino; mas la cizaña son los hijos del Maligno; 39 el enemigo que la sembró es el diablo; la siega es la consumación del siglo; y los segadores son los ángeles. 40 Por tanto, así como se recoge y se quema la cizaña en el fuego, así será en la consumación del siglo. 41 Enviará el Hijo del hombre a sus ángeles, y recogerán de entre su reino a todos los que causan tropiezo, y a los que hacen iniquidad; 42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. 43 Entonces resplandecerán los justos, como el sol, en el reino de su Padre. ¡Quien tiene oídos, oiga!
La parábola del tesoro escondido y de la perla
44 El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, que un hombre halló y lo escondió, y por el gozo de su hallazgo, fue y vendió todo cuanto tenía, y compró aquel campo. 45 Además, el reino de los cielos es semejante a un mercader que buscaba perlas de calidad; 46 y habiendo encontrado una perla de gran valor, se fue, vendió todo cuanto tenía, y la compró.
La parábola de la red
47 También, el reino de los cielos es semejante a una red echada en el mar que recoge toda clase de peces; 48 y cuando estaba llena, la sacaron a la orilla y, sentándose, recogieron los buenos en cestos, mas desecharon los malos. 49 Así será en la consumación del siglo; saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, 50 y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. 51 ¿Habéis entendido todas estas cosas? Le respondieron: Sí. 52 Él les dijo: Por eso, todo escriba que ha sido hecho discípulo (instruido) del reino de los cielos, es semejante a un amo de casa, que va sacando de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.
Jesús rechazado en Nazaret
Marcos 6:1-6; Lucas 4:16-30
53 Aconteció que cuando Jesús terminó estas parábolas, se marchó de allí; 54 y viniendo a su misma tierra, les enseñaba en la sinagoga, de tal manera que se quedaron asombrados, y decían: ¿De dónde tiene este esta sabiduría y realiza estos milagros? 55 ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, y José, y Simón, y Judas? 56 Sus hermanas, ¿no están todas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene este todo esto? 57 Y se sentían ofendidos en él. Pero Jesús les dijo: Un profeta no está sin honra, excepto en su tierra y en su casa. 58 Y no hizo allí muchos milagros, a causa de su incredulidad.