Mateo 12
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Jesús, dueño del sábado
Marcos 2:23-28; 3:1-6; Lucas 6:1-11
1 En aquel tiempo, iba Jesús un sábado entre los sembrados; y sus discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar espigas y a comer. 2 Al ver esto los fariseos, le dijeron: ¡Mira, tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en sábado! 3 Pero él les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David cuando tuvo hambre él y los que le acompañaban? 4 ¿Cómo entró en la casa de Dios, y comieron los panes de la proposición, que no le era lícito comer, ni a los que estaban con él, sino solo a los sacerdotes? 5 ¿O no habéis leído en la ley, que los sábados, los sacerdotes en el templo profanan el sábado, y no se les considera culpables? 6 Pero yo os digo que aquí hay algo mayor que el templo. 7 Si conocieseis lo que significa: «Misericordia quiero y no sacrificio» [Oseas 6:6], no habríais condenado a los inocentes. 8 Porque el Hijo del hombre es Señor del sábado.
9 Saliendo, entró en la sinagoga de ellos; 10 y he aquí un hombre que tenía seca una mano. Y (para acusarle) le preguntaron, diciendo: ¿Es lícito curar en sábado? 11 Pero él les dijo: ¿Qué hombre habrá entre vosotros, que tenga una oveja, y si esta se cae en un hoyo en sábado, no le echará mano y la sacará? 12 Pues ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! De modo que es lícito hacer bien en sábado. 13 Entonces dijo al hombre: ¡Extiende tu mano! Y la extendió, y quedó sana como la otra. 14 Pero los fariseos salieron y confabularon contra él, sobre cómo podrían destruirle.
Jesús, el Siervo del Señor
15 Pero Jesús, sabiéndolo, se apartó de allí; y lo seguía una gran multitud, y él sanó a todos; 16 y les ordenó que no lo descubriesen; 17 para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías, esto es: 18 «Aquí está mi Siervo, a quien he escogido, mi Amado, en quien se complace mi alma; pondré mi Espíritu sobre él, y anunciará juicio a los gentiles. 19 No contenderá, ni gritará, ni nadie oirá su voz en las calles; 20 no quebrará la caña cascada, ni apagará el pabilo que humea, hasta que saque a victoria el juicio; 21 y en su nombre esperarán los gentiles.» [Isaías 42:1-4]
El endemoniado ciego y mudo
Marcos 3:20-27; Lucas 11:14-23
22 Entonces le llevaron a un endemoniado ciego y mudo; lo sanó y el mudo hablaba y veía. 23 Todo el pueblo estaba atónito y decía: ¿No será este el Hijo de David? 24 Pero los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios. 25 Pero, conociendo sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo es desolado; y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no quedará en pie. 26 Si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino? 27 Si yo por Beelzebú echo fuera los demonios, ¿vuestros hijos por quién los echan fuera? Por tanto ellos serán vuestros jueces. 28 Pero si por el Espíritu de Dios yo echo fuera los demonios, entonces ha llegado hasta vosotros el reino de Dios. 29 ¿O cómo puede uno entrar en la casa del fuerte y saquear sus bienes, si primero no ata al fuerte? Y entonces saqueará su casa. 30 El que no está conmigo, contra mí está; y el que conmigo no recoge, dispersa.
El pecado contra el Espíritu Santo
Marcos 3:28-30; Lucas 12:10; Hebreos 6:4-8; 10:26-29
31 Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; pero la blasfemia contra el Espíritu Santo no será perdonada. 32 Y cualquiera que diga una palabra contra el Hijo del hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo, ni en el venidero.
33 O haced el árbol bueno, y su fruto bueno; o haced el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto el árbol es conocido. 34 ¡Engendros de víboras! ¿Cómo podéis decir cosas buenas, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. 35 El hombre bueno, de su buen tesoro saca cosas buenas; y el hombre malo, de su mal tesoro saca cosas malas. 36 Pero yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, darán cuenta en el día del juicio; 37 porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.
Una señal rechazada
Lucas 11:24-32
38 Entonces le respondieron algunos de los escribas y fariseos, diciendo: Maestro, queremos ver una señal de tu parte. 39 Pero él, respondiendo, les dijo: Una generación mala y adúltera busca una señal; mas no le será dada señal, sino la señal de Jonás el profeta. 40 Porque como Jonás estuvo en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así el Hijo del hombre estará tres días y tres noches en el corazón de la tierra. 41 Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás, y hay más que Jonás en este lugar. 42 La reina del Sur se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará; porque ella vino desde los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y hay más que Salomón en este lugar.
43 Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, va por lugares áridos, buscando reposo, y no lo halla. 44 Entonces dice: Me volveré a mi casa de donde salí. Y al llegar, la halla desocupada, barrida y ordenada. 45 Entonces va y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrando, se establecen allí; y la condición final de aquel hombre resulta peor que la primera. Así también sucederá con esta mala generación.
La madre y los hermanos de Jesús
Marcos 3:31-35; Lucas 8:19-21
46 Mientras hablaba aún a la multitud, he aquí que su madre y sus hermanos estaban fuera, procurando hablar con él. 47 Y alguien le dijo: Mira que tu madre y tus hermanos están fuera, y quieren hablar contigo. 48 Pero él respondió al que se lo decía: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? 49 Extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He ahí mi madre y mis hermanos. 50 Porque cualquiera que cumpla la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, y hermana, y madre.