Índice general
Ayuda al estudio de 1 Corintios
: Autor Biblicom 49
Ayuda al estudio de la Palabra de Dios Serie:
1 - Introducción
La iglesia de Corinto se formó durante una estadía del apóstol Pablo en esa ciudad (Hec. 18). Más tarde aparecieron desordenes muy graves allí. Esto se debió probablemente a la influencia nefasta del mundo particularmente corrupto en medio del cual se encontraban. El apóstol les escribió esta carta para despertar sus conciencias y que pudiesen levantarse de su mal estado.
Esta carta contiene doctrinas fundamentales, como la unidad del Cuerpo de Cristo.
2 - Esquema de la Epístola
2.1 - Capítulos 1 a 10: La Iglesia y el mundo: separación y testimonio
2.1.1 - Capítulo 1
Después de presentarse (v. 1-3), y antes de evocar las dificultades, Pablo enfatiza la gracia que Dios ha dado a los corintios (v. 4-9). Luego aborda un primer obstáculo: estaban divididos (v. 10-16), cada uno, confiando en su propia sabiduría, tenía su líder. Entonces el apóstol les muestra que la sabiduría del hombre ha sido destruida por la cruz de Cristo; Cristo es la sabiduría de Dios y nosotros estamos en Él; ya no nos gloriamos en el hombre sino en Cristo (v. 17-31).
2.1.2 - Capítulo 2
El apóstol les recuerda que no fue a ellos con sabiduría humana para que no se apoyaran en ella, sino solo en el poder de Dios (v. 1-5). En cuanto a la sabiduría de Dios, el espíritu del hombre no la puede comprender, solo puede ser discernida por el Espíritu de Dios (v. 6-16).
2.1.3 - Capítulo 3
Sus divisiones manifestaban un estado carnal que impedía al apóstol instruirlos con alimento sólido. Les muestra que no deben mirar a los siervos, sino a Dios (v. 1-9), y que es Dios quien juzgará la obra de cada uno (v. 10-15). Y los que quieren destruir (corromper) el templo de Dios en el cual (la Iglesia) el Espíritu habita, serán destruidos por Dios (v. 16-17). Por lo tanto, deben estar atentos en seguir la sabiduría de Dios y no la del hombre (v. 18-23).
2.1.4 - Capítulo 4
Pablo, por otra parte, era un siervo que solo respondía ante Dios (v. 1-5). Si los corintios se glorificaban en el hombre, él y los apóstoles estaban en humillación (v. 6-13), aunque siendo él su padre espiritual (v. 14-16). Les advirtió que, si había sido amable hasta entonces, pronto sería severo con los que se jactaban (v. 17-21).
2.1.5 - Capítulo 5
El apóstol aborda una segunda preocupación. Había entre ellos un mal moral grave, ¡y nadie se preocupaba! (v. 1-2). Comparte con ellos su propio juicio (v. 3-5) y les recuerda la santidad requerida para aquellos cuya Pascua es Cristo (v. 6-8). Él les dice lo que deben hacer porque tienen la responsabilidad de actuar (v. 9-13).
2.1.6 - Capítulo 6
El apóstol plantea una tercera contrariedad. Tenían entre ellos pleitos ante los tribunales del mundo, como si no hubiera un hermano que pudiera ayudar a resolver las controversias (v. 1-6). Estaban haciendo injusticia el uno con el otro, actuando como si no hubieran sido santificados (v. 7-11). Pero eran santos y debían comportarse como tales. Ya no estaban bajo la Ley (v. 12-13), pero sus cuerpos eran santificados por la presencia del Espíritu Santo y debían mantenerlo puro (v. 13-20).
2.1.7 - Capítulo 7
El apóstol responde ahora a una pregunta que los corintios le habían hecho sobre la relación entre hombres y mujeres (Corinto era una ciudad donde la corrupción moral era grande). Estas relaciones son completamente libres, pero solo dentro del matrimonio; fuera del matrimonio es fornicación (v. 1-7). El celibato puede ser vivido como una gracia, pero es mejor casarse que cometer fornicación (v. 7-9). Una pareja casada no debe separarse (v. 10-16). El apóstol recomienda permanecer en el estado en que uno ha sido llamado (esta exhortación sigue la situación de una pareja en la que solo uno de los cónyuges está en el Señor) (v. 17-24). Finalmente, el apóstol compara la situación de los casados y los solteros (v. 25-40).
2.1.8 - Capítulo 8
El apóstol aborda la cuestión de la libertad cristiana. Trata esta cuestión en relación con el uso de la carne de las bestias sacrificadas a los ídolos. Es una cuestión de conciencia personal. Algunos pueden ser libres de comerla, otros no. Sin embargo, por amor a sus hermanos, los que son libres no usarán su libertad para comerla, para no serles un tropiezo (v. 1-13).
2.1.9 - Capítulo 9
El apóstol recuerda cómo él mismo no hizo uso de sus derechos legítimos cuando se trataba de su servicio para el Señor. Comienza enumerando sus derechos (v. 1-14), luego muestra por qué no los usó, por amor a las almas y al Evangelio (v. 15-23). Lo que motivaba su carrera era el objetivo y el premio a ganar (v. 24-27).
2.1.10 - Capítulo 10
El apóstol presenta, como advertencia, las razones por las cuales el pueblo de Israel, a pesar de sus privilegios, perdió la carrera: idolatría, deseos carnales, murmuraciones (v. 1-13). El Señor es celoso de nuestros afectos (¡nos ha adquirido a un costo tan grande!). Nuestra comunión con él –especialmente en la mesa del Señor– es tan preciosa para él que cualquier idolatría, ya sea en nuestro corazón o asociada a él, le afecta seriamente (v. 14-22). El apóstol entonces concluye el tema iniciado en el capítulo 8, e interrumpido por la digresión de los capítulos 9 y 10 hasta el versículo 22 (v. 23-33).
2.2 - Capítulos 11 a 14: Orden y funcionamiento de la Iglesia como Cuerpo de Cristo
2.2.1 - Capítulo 11
Pablo comienza mostrando que el orden en la Iglesia no va en contra del orden en la creación, tomando el ejemplo de la posición de autoridad del hombre y la sumisión de la mujer (v. 1-16). Entonces denuncia el desorden que manifestaron por sus divisiones, en vez de estar unidos (v. 17-19), y luego denuncia el hecho de que tomaron la cena del Señor indignamente, asociándola con sus excesos carnales. Les presenta el carácter solemne de este recuerdo del Señor (v. 20-34).
2.2.2 - Capítulo 12
El apóstol les muestra como discernir entre las manifestaciones del Espíritu de Dios y las que no provenían de él (v. 1-3). Sigue presentando las diversas manifestaciones del Espíritu a través de los dones de gracia que se le han dado a cada uno (v. 4-11). Luego compara la Iglesia con un cuerpo compuesto de varios miembros, cada uno de los cuales tiene su propia utilidad, siendo todos indispensables, dependientes unos de otros y de la Cabeza. Por eso se dice que la Iglesia es el Cuerpo de Cristo, porque Cristo es la Cabeza (v. 12-31).
2.2.3 - Capítulo 13
Para que este cuerpo funcione, la condición esencial es el amor (v. 1-3), enumerando sus características (v. 4-7). Cuando la perfección haya llegado, que estemos con el Señor (v. 10), solo quedará el amor (v. 8-13).
2.2.4 - Capítulo 14
El ejercicio de los dones tiene como objetivo la edificación del Cuerpo de Cristo. Entre los dones del Espíritu, el don de profecía es particularmente útil para la edificación, mientras que el don de lenguas, muy valorado por los corintios por su espectacularidad, solo es útil si se interpreta (v. 1-13). Los dones deben ser ejercidos con inteligencia espiritual (v. 14-25), y con orden, en un ambiente de paz (v. 26-40), respetando el orden de la creación visto al principio del capítulo 11 (v. 34-35).
2.3 - Capítulos 15 y 16: La resurrección – Últimas exhortaciones
2.3.1 - Capítulo 15
Otra dificultad en Corinto fue que algunas personas negaban la resurrección. Pablo muestra que si no hay resurrección, su fe es vana (v. 1-19) –pero Cristo está vivo, resucitado de los muertos, y nosotros a su vez lo seremos, para un futuro eterno (v. 20-28)– y no serviría de nada ser bautizado, servir y sufrir por Cristo (v. 29-34). Pablo presenta la resurrección como la disolución del cuerpo terrenal, que es polvo, y la resurrección de los muertos en un cuerpo glorioso y celestial como el de Cristo (v.35-50). A continuación explica cuándo y cómo sucederá esto (v. 51-58).
2.3.2 - Capítulo 16
Pablo da indicaciones sobre la colecta que se hace para ayudar a los santos (v. 1-4). Luego habla de lo que él mismo y varios otros servidores se proponen hacer en sus servicios (v. 5-18). Por último los saludos (v. 19-24).
3 - Algunos versículos claves
«La palabra de la cruz… es el poder de Dios» (1:18).
«Nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios» (2:11).
«El fundamento… que está puesto… es Jesucristo» (3:11).
«Limpiaos de la vieja levadura… porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta… con panes sin levadura, de sinceridad y verdad» (5:7-8).
«¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros?» (6:19).
«Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan» (10:17).
«Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga» (11:26).
«Todos los miembros del cuerpo… son un solo cuerpo, así también Cristo» (12:12).
«Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia» (14:12).
«Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho» (15:20).
«Todas vuestras cosas sean hechas con amor» (16:14).