Índice general
Ayuda al estudio de Judas
: Autor Biblicom 49
Ayuda al estudio de la Palabra de Dios Serie:
1 - Introducción
El tema de esta epístola es similar al de la Segunda Epístola de Pedro. El estado de la cristiandad estaba en fuerte declive. Era necesario luchar por la verdad. Judas nos recuerda cómo Dios ha actuado y actuará ante la impiedad, y que Él sigue siendo el recurso infalible de los santos.
2 - Plan de la epístola
Judas, que se presenta como el hermano de Jacobo, es ciertamente también un hermano del Señor (Marcos 6:3), pero humildemente dice que es su esclavo (v. 1-2). Había deseado entretener a los santos con consideraciones alentadoras sobre la salvación, pero el estado de las cosas era tal que finalmente les insta a luchar por la verdad que estaba siendo atacada por los incrédulos que habían entrado entre los santos (v. 3-4). Judas les recuerda el destino de los incrédulos de todos los tiempos, por ejemplo, los ángeles y los habitantes de Sodoma y de Gomorra, refiriéndose a la destrucción de los incrédulos del pueblo que el Señor sacó de Egipto (v. 5-7). Tales hombres tienen la característica de despreciar a las autoridades, lo que el arcángel Miguel no se atrevió a hacer ni a reprender a Satanás (v. 8-10). Pueden ser impresionantes, pero no son más que viento, condenados a desaparecer (v. 11-13). La profecía de Enoc relativa a los de su tiempo sigue siendo válida para estos hombres orgullosos (v. 14-16).
Judas exhorta a los santos a que recuerden lo que los apóstoles profetizaron sobre tales hombres (v. 17-19), a que se edifiquen en la fe y permanezcan en el amor de Dios mientras esperaban la venida del Señor (v. 20-21). También debían preocuparse por advertir a los que estaban en peligro de caer (v. 22-23).
Judas termina con una expresión de alabanza a la gloria de Dios que tiene el poder de mantenernos fieles ante Él (v. 24-25).
3 - Algunos versículos clave
«Me veo en la necesidad de escribiros con el fin de exhortaros a que luchéis por la fe que una vez fue enseñada a los santos» (v. 3).
«Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe» (v. 20).