Ayuda al estudio de 1 Pedro


person Autor: Biblicom 49

library_books Serie: Ayuda al estudio de la Palabra de Dios


1 - Introducción

El apóstol Pedro, que había recibido las llaves del reino de los cielos (Mat. 16:19), había abierto la puerta de la gracia a las naciones (Hec. 10). Sin embargo, su apostolado se dirigía al pueblo de Israel (Gál. 2:8). Así pues, dirige esta epístola a los creyentes de origen judío que se habían dispersado entre las naciones como resultado de la persecución. Escribe para fortalecerlos (Lucas 22:32), porque estaban pasando por un gran sufrimiento. Por eso el tema del sufrimiento se aborda en cada capítulo.

2 - Esquema de la Epístola

2.1 - Capítulo 1

Las persecuciones, que estos creyentes seguían sufriendo, corrían el riesgo de desestabilizarlos, así que para animarlos, Pedro les recuerda su elección tan pronto como los saluda (v. 1-2). Luego les presenta inmediatamente la herencia gloriosa que les está asegurada (v. 3-5). Esto podría llevarlos a regocijarse a pesar de las aflicciones que ponían a prueba su fe, las cuales se tornarían a la gloria de Dios (v. 6-7), a la venida de Cristo que pondría fin a sus pruebas (v. 8-9). Esta gracia, de la que serían objeto, había sido anunciada por los profetas que también habían predicho los sufrimientos de Cristo y las glorias que le siguieron (v. 10-12). Por lo tanto, debían fortalecerse en esta gracia por venir y llevar, en su conducta en la tierra, el carácter de santidad de su Padre celestial (v. 13-17), siendo conscientes del precio al que habían sido redimidos (v. 18-21). La obediencia a la verdad los mantendría en el amor, ellos que habían sido regenerados por la Palabra de Dios (v. 22-25).

2.2 - Capítulo 2

Habiendo nacido de nuevo y así regenerados, debían abandonar cualquier manifestación carnal y ser alimentados por la Palabra de Dios (v. 1-3). Para animarles, Pedro dirige entonces su mirada a Cristo y a lo que Dios había hecho con ellos. Constituían una casa espiritual de la cual Cristo era el fundamento. En este edificio debían servir a Dios por medio de la alabanza, e invitar a los hombres a participar en ello por medio de la proclamación del Evangelio (v. 4-10). Debían abstenerse de los deseos de este mundo y someterse a las autoridades para no dar al mundo una razón para calumniarlos (v. 11-17). En cuanto a los esclavos que conocían el oprobio de sus amos, su docilidad sería su tema de gloria porque así seguirían el ejemplo del Maestro, nuestro modelo divino que quien debemos acordarnos (v. 18-25).

2.3 - Capítulo 3

En cuanto a las esposas, su sumisión a sus maridos y su conducta santa serían un poderoso testimonio (v. 1-6). En cuanto a los maridos, debían honrar a sus esposas (v. 7). Pedro recuerda que el gobierno de Dios permanece con respecto a cada hombre, así que debían tener cuidado de caminar cuidadosamente de acuerdo a Dios (v. 8-13). Tal conducta, en justicia práctica, puede llevarnos a sufrir oprobio por parte de los hombres; es el camino que Cristo conoció (v. 14-18). Este camino de oprobio no es nuevo; así fue para Noé, que predicó por el Espíritu, en vano. Así como Noé y su familia habían sido un pequeño remanente librado de las aguas del juicio, así también ellos serían librados del juicio, porque Cristo lo soportó en la cruz (v. 19-22).

2.4 - Capítulo 4

Así como Cristo ha resuelto la cuestión del pecado y ya no tiene nada que ver con el pecado, así nosotros debemos caminar sin nada que ver con el pecado (v. 1-6), en amor y proclamando a nuestro alrededor la gracia que nos ha salvado, y esto para la gloria de nuestro Dios (v. 7-11). Pedro los anima a perseverar y a vivir rectamente en medio de las grandes persecuciones que atravesaban (v. 12-16), sobre todo porque eran permitidas también como gobierno de Dios sobre su propia Casa (v. 17-19).

2.5 - Capítulo 5

El pueblo de Dios estaba tan afectado que era necesario que los ancianos cuidaran mucho del rebaño (v. 1-4). El sentimiento de estar bajo el gobierno de Dios debe llevarnos siempre a una gran humildad; los más jóvenes necesitaban especialmente ser exhortados a ello (v. 5-7). Cuando la prueba es intensa, Satanás está listo para apoderarse de los que caen; es necesario mantener firme la fe que es el medio para resistirle (v. 8-9), y confiar en Aquel que no nos probará más allá de lo que podamos soportar, y que nos llevará a la gloria eterna (v. 10-11). Pedro termina su epístola asegurándoles que estaban en la verdadera gracia de Dios (v. 12-14).

3 - Algunos versículos clave

«El Espíritu... daba testimonio de antemano de los padecimientos de Cristo y de las glorias que los seguirían» (1:11).

«Fuisteis rescatados… con la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin defecto y sin mancha, predestinado antes de la fundación del mundo» (1:18-20).

«Vosotros… sed edificados casa espiritual, un sacerdocio santo para ofrecer sacrificios espirituales, aceptables a Dios por Jesucristo» (2:5).

«Vosotros sois… sacerdocio real… para que anunciéis las virtudes del que os ha llamado de las tinieblas a su admirable luz» (2:9).

«Cristo padeció por vosotros, dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas» (2:21).

«Él mismo llevó, en su cuerpo, nuestros pecados sobre el madero» (2:24).

«Cristo padeció una vez por los pecados, el justo por el injusto, para llevarnos a Dios» (3:18).

«El Dios de toda gracia, que os llamó a su eterna gloria en Cristo… él mismo os perfeccionará, os afirmará, os fortalecerá, os pondrá sobre un fundamento inconmovible» (5:10).

«La gracia en la que estáis, es la verdadera gracia de Dios» (5:12).

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