Apocalipsis 6
Visualización :
El Cordero abre los siete sellos
Primer sello: el vencedor
Ezequiel 14:21; Zacarías 1:8-10; 6:1-7; Mateo 24:6-8
1 Vi cuando el cordero abrió uno de los siete sellos; y oí a uno de los cuatro seres vivientes que decía como con voz de trueno: ¡Ven! 2 Y miré y vi un caballo blanco, y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo y para vencer aún.
Segundo sello: la guerra
3 Y cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente que decía: ¡Ven! 4 Y salió otro caballo, rojo; y al que estaba sentado sobre él le fue dado quitar la paz de la tierra, y que los hombres se degollasen unos a otros; y le fue dada una gran espada.
Tercer sello: el hambre
5 Y cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente que decía: ¡Ven! Y vi un caballo negro; y el que estaba sentado sobre él tenía una balanza en su mano. 6 Y oí una voz en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Una medida de trigo por un denario, y tres medidas de cebada por un denario, y no dañes al aceite y al vino.
Cuarto sello: la muerte
7 Y cuando abrió el cuarto sello oí la voz del cuarto ser viviente que decía: ¡Ven! 8 Y miré y vi un caballo pálido, y el nombre del que estaba sentado sobre él es Muerte; y el hades le seguía. Y le fue dada autoridad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, y con hambre, y con peste, y por las fieras de la tierra.
Quinto sello: la visión de los mártires
9 Y cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los degollados a causa de la palabra de Dios y a causa del testimonio que habían dado; 10 y clamaban con gran voz: ¿Hasta cuándo, Soberano, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que habitan en la tierra? 11 Y le fue dado a cada uno un vestido blanco; y se les dijo que descansaran aún un poco de tiempo, hasta que también se completaran sus consiervos, y sus hermanos que iban a ser matados como ellos.
Sexto sello: el día de la ira
Isaías 13:6-11; Lucas 23:29-30
12 Y vi cuando abrió el sexto sello; y hubo un gran terremoto, y el sol se volvió negro como un saco de crin, y la luna se volvió toda como sangre, 13 y las estrellas del cielo cayeron a la tierra, como una higuera sacudida por un gran viento deja caer sus higos sin madurar. 14 Y el cielo desapareció como un pergamino enrollado; y todo monte e (toda) isla fueron trasladados de sus lugares. 15 Y los reyes de la tierra, los magnates, los jefes militares, los ricos, los poderosos, todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas, y en las rocas de los montes; 16 y decían a los montes y a las rocas: Caed sobre nosotros y escondednos del rostro del que está sentado en el trono, y de la ira del Cordero; 17 porque ha llegado el gran día de su ira, y ¿quién puede mantenerse en pie?