Marcos 15
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Mateo 27:1-2; Lucas 22:66-71
1 Cuando amaneció, los jefes de los sacerdotes, tras consultar con los ancianos y los escribas y con todo el Sanedrín, ataron a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato.
Jesús ante Pilato – La flagelación
Mateo 27:11-31; Lucas 23:1-4, 13-25; Juan 18:28-40; 19:1-16
2 Y le preguntó Pilato: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Él le respondió: Tú lo dices. 3 Los jefes de los sacerdotes le acusaban de muchas cosas. 4 Pilato le preguntó otra vez: ¿No respondes nada? ¡Mira de cuántas cosas te están acusando! 5 Pero Jesús no le respondió nada más; de manera que Pilato se asombraba.
6 En cada fiesta les liberaba al preso que ellos pedían. 7 Había uno llamado Barrabás, encarcelado con sus compañeros de sedición, los cuales en la revuelta habían cometido un homicidio. 8 La multitud vino y comenzó a pedirle que hiciera como solía hacer. 9 Pilato les respondió: ¿Queréis que os libere al Rey de los judíos? 10 Porque sabía que los jefes de los sacerdotes lo habían entregado por envidia. 11 Pero los jefes de los sacerdotes incitaron al pueblo para que les liberara más bien a Barrabás. 12 Pilato, respondiendo otra vez, les preguntó: Y ¿qué haré del que llamáis Rey de los judíos? 13 Ellos volvieron a gritar: ¡Crucifícalo! 14 Pilato les preguntaba: Pero, ¿qué mal ha hecho? Y ellos gritaban con más fuerza: ¡Crucifícalo! 15 Pilato, deseando satisfacer al pueblo les soltó a Barrabás y entregó a Jesús, después de azotarlo, para que fuese crucificado.
16 Los soldados lo llevaron al interior del atrio, que es el pretorio, y convocaron a toda la cohorte. 17 Lo vistieron de púrpura, y habiendo tejido una corona de espinas, se la colocaron sobre la cabeza; 18 y comenzaron a saludarlo: ¡Salve, Rey de los judíos! 19 Le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían e hincando las rodillas, se postraban ante él. 20 Cuando se habían burlado de él, lo despojaron de la púrpura y lo vistieron con sus ropas. Y lo condujeron fuera para crucificarlo. 21 Obligaron a uno que pasaba, Simón cireneo, el padre de Alejandro y de Rufo, que venía del campo, a que llevara la cruz.
Jesús crucificado
Mateo 27:32-56; Lucas 23:26-49; Juan 19:17-37
22 Lo llevaron al lugar llamado Gólgota, que se traduce: Lugar de la Calavera. 23 Le daban vino mezclado con mirra; pero él no lo tomó. 24 Lo crucificaron y se repartieron sus vestiduras, echando suertes sobre ellas, para ver lo que cada cual se llevaría. 25 Era la hora tercera cuando lo crucificaron. 26 Sobre la cruz colocaron la inscripción de su acusación: El rey de los judíos. 27 Con él crucificaron a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. 28 [ ]
29 Los que pasaban lo injuriaban, moviendo sus cabezas y diciendo: ¡Ah!, tú que derribas el templo y lo edificas en tres días, 30 sálvate a ti mismo y desciende de la cruz! 31 También de manera semejante se burlaban los jefes de los sacerdotes con los escribas, diciendo entre ellos: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar. 32 ¡El Cristo, el Rey de Israel! ¡Baje ahora de la cruz para que veamos y creamos! Y los crucificados con él también lo insultaban.
33 Llegada la hora sexta, hubo oscuridad sobre toda la tierra, hasta la hora novena. 34 A la hora novena, Jesús clamó a gran voz: ¡Eloi, Eloi! ¿Lama sabactaní?, que traducido significa ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has desamparado? 35 Algunos de los que allí estaban, al oírlo, decían: ¡Mira, llama a Elías! 36 Corrió uno y empapó una esponja en vinagre, la puso en una caña y le dio de beber, diciendo: ¡Dejad, veamos si viene Elías a bajarle!
37 Pero Jesús, dando una fuerte exclamación, expiró. 38 Y la cortina del templo se rasgó en dos, desde arriba hasta abajo. 39 Cuando el centurión que estaba frente a él vio que expiró de esta manera, dijo: ¡Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios! 40 También había algunas mujeres contemplando de lejos, entre las que estaban María Magdalena, María madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé; 41 las cuales, cuando él estaba en Galilea, lo seguían y le servían; y otras muchas que subieron con él a Jerusalén.
Jesús puesto en la tumba
Mateo 27:57-61; Lucas 23:50-56; Juan 19:38-42
42 Llegado el atardecer (puesto que era la Preparación, lo que es la víspera del sábado), 43 vino José de Arimatea, miembro honorable del Sanedrín, quien también esperaba el reino de Dios, se envalentonó y entró hasta Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús. 44 Pero Pilato se asombró de que ya hubiese muerto; y llamando al centurión, le preguntó si hacía tiempo que había muerto. 45 Informado por el centurión, concedió el cuerpo a José, 46 quien tras comprar una sábana, lo bajó, lo envolvió en ella y lo puso en un sepulcro que estaba excavado en una roca; e hizo rodar una piedra sobre la puerta del sepulcro. 47 María Magdalena y María la madre de José contemplaban dónde lo ponían.