Marcos 11
Visualización :
Jesús entra en Jerusalén
Mateo 21:1-11, 14-17; Lucas 19:20-44; Juan 12:12-19
1 Cuando se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, junto al monte de los Olivos, envió a dos de sus discípulos, 2 y les dijo: Id a la aldea que está frente a vosotros, y al entrar en ella hallaréis un pollino atado, que nadie ha montado todavía; desatadlo y traedlo. 3 Si alguien os pregunta ¿Por qué hacéis esto? Decid: El Señor lo necesita; y al instante os lo enviará. 4 Fueron y hallaron un pollino atado a una puerta, fuera, en la calle; y lo desataron. 5 Algunos de los que estaban allí les dijeron: ¿Qué hacéis desatando el pollino? 6 Ellos les dijeron tal y como Jesús había dicho; y los dejaron ir. 7 Trajeron el pollino a Jesús. Echaron sobre el pollino sus mantos, y Jesús se sentó sobre él. 8 Muchos tendieron asimismo sus mantos por el camino, y otros ramas, habiéndolas cortado en el campo. 9 Tanto los que iban delante como los que seguían, gritaban: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor°! 10 ¡Bendito el reino que viene, de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas! 11 Entró en Jerusalén, en el templo; y después de mirar todo a su alrededor, siendo ya tarde, se dirigió hacia Betania con los doce.
Jesús maldice la higuera
Los vendedores expulsados del templo
Mateo 21:18-19, 12-13; Lucas 19:45-48; comp. Juan 2:13-17; Lucas 13:6-9
12 Al día siguiente, cuando salían de Betania, él tuvo hambre. 13 Viendo a lo lejos una higuera que tenía hojas, fue por si algo podía encontrar en ella. Y cuando llegó, nada halló, sino hojas, porque no era el tiempo de higos. 14 Al darse cuenta, le dijo: De aquí en adelante que nadie coma fruto de ti jamás. Y sus discípulos lo oyeron.
15 Llegaron a Jerusalén. Y entrando en el templo, comenzó a echar a los que vendían y a los que compraban en el templo; volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas; 16 y no permitía que nadie transportara objeto alguno por el templo. 17 Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: «Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones?» [Isaías 56:7] Pero vosotros la habéis hecho una cueva de ladrones. 18 Lo oyeron los jefes de los sacerdotes y los escribas, y buscaban cómo matarlo; porque le temían, pues la multitud estaba asombrada de su enseñanza. 19 Al atardecer, salieron de la ciudad.
20 Por la mañana, al pasar, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. 21 Acordándose Pedro, le dijo: Mira, Rabí, la higuera que maldijiste se ha secado. 22 Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. 23 En verdad os digo: El que diga a esta montaña: Quítate, y échate en el mar, y no dude en su corazón, sino crea que se cumple lo que dice, lo tendrá. 24 Por eso os digo que todo por lo que oráis y pedís, creed que lo habéis recibido, y lo tendréis. 25 Cuando estéis en pie orando, perdonad, si tenéis algo contra alguien; para que vuestro Padre que está en los cielos os perdone vuestras ofensas. 26 Pero si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.
La autoridad de Jesús
Mateo 21:23-27; Lucas 20:1-8
27 Llegaron otra vez a Jerusalén; y andando él por el templo, los jefes de los sacerdotes, los escribas y los ancianos se acercaron a él, 28 y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿O quién te dio esta autoridad para que las hagas? 29 Jesús les dijo: Os preguntaré una sola cosa, respondedme y os diré con qué autoridad hago esto. 30 El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres? Respondedme. 31 Pero ellos razonaban entre sí, diciendo: Si respondemos: Del cielo dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis? 32 Si decimos: De los hombres, temían al pueblo (porque todos tenían a Juan por verdadero profeta); 33 y respondieron a Jesús: No sabemos. Y Jesús les dijo: Ni yo os digo con qué autoridad hago estas cosas.