Juan 9
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Jesús sana a un ciego de nacimiento
Marcos 8:22-25; 10:46-52
1 Al pasar, vio a un hombre que era ciego de nacimiento. 2 Y le preguntaron sus discípulos: Rabí, ¿quién pecó, este o sus padres, para que haya nacido ciego? 3 Jesús les respondió: Ni pecó este ni sus padres; sino para que las obras de Dios fuesen manifestadas en él. 4 Tengo que hacer las obras de aquel que me envió mientras es de día; la noche viene cuando nadie puede trabajar. 5 Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo.
6 Habiendo dicho esto, escupió en tierra e hizo lodo de la saliva, y con el lodo untó los ojos del ciego, 7 y le dijo: Ve, lávate en el estanque de Siloé (que interpretado es: Enviado). Se fue, pues, y se lavó y volvió viendo. 8 Entonces los vecinos y los que antes le habían visto que era ciego, dijeron: ¿No es este aquel que se sentaba y mendigaba? 9 Unos dijeron: Este es; otros dijeron: No, sino que se le parece. Pero él dijo: Yo soy. 10 Le dijeron entonces: ¿Cómo, pues, fueron abiertos tus ojos? 11 Respondió él y dijo: Aquel hombre llamado Jesús hizo lodo y lo untó sobre mis ojos y me dijo: Anda al estanque de Siloé, y lávate; y fui, y me lavé, y recibí la vista. 12 Ellos entonces le dijeron: ¿Dónde está él? Él les dijo: No sé.
13 Trajeron a los fariseos al que antes había sido ciego. 14 Era sábado cuando Jesús hizo el lodo y le abrió los ojos. 15 Otra vez, pues, los fariseos le preguntaron cómo había recibido la vista. Él les dijo: Puso lodo sobre mis ojos, y me lavé y veo. 16 Por Entonces algunos de los fariseos dijeron: Este hombre no es de Dios, porque no guarda el sábado. Pero otros dijeron: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer tales milagros? Y había disensión entre ellos. 17 Dijeron otra vez al ciego: ¿Tú qué dices de él, ya que te abrió los ojos? Y dijo: Que es profeta. 18 Pero los judíos no creyeron que él hubiera sido ciego y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista, 19 y les preguntaron: ¿Es este vuestro hijo de quien decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora? 20 Sus padres respondieron y dijeron: Sabemos que este es nuestro hijo y que nació ciego; 21 pero cómo ve ahora, no lo sabemos; o quién le abrió los ojos, no lo sabemos; preguntadle a él; edad tiene; él podrá responder por sí mismo. 22 Esto dijeron sus padres porque temían a los judíos; porque los judíos ya habían convenido que si alguno confesaba que él era el Cristo, fuese echado de la sinagoga. 23 Por esto dijeron sus padres: Edad tiene; preguntadle a él.
24 Llamaron, pues, por segunda vez al hombre que había sido ciego y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que este hombre es pecador. 25 Él entonces respondió: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo. 26 Le dijeron otra vez: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos? 27 Les respondió: Os lo dije ya y no escuchasteis; ¿por qué queréis oírlo otra vez? ¿Queréis vosotros también haceros sus discípulos? 28 Entonces le injuriaron y dijeron: Tú eres su discípulo; pero nosotros somos discípulos de Moisés. 29 Sabemos que Dios habló a Moisés; pero en cuanto a este, no sabemos de dónde es. 30 Respondió el hombre y les dijo: Pues esto es lo maravilloso, que no sabéis de dónde es; y él me ha abierto los ojos. 31 Sabemos que Dios no oye a los pecadores, pero si alguno teme a Dios y hace su voluntad, a este oye. 32 Desde el principio del mundo no se oyó jamás que alguien abriera los ojos a uno que nació ciego. 33 Si este no fuera de Dios, no podría hacer nada. 34 Ellos respondieron y le dijeron: Tú naciste enteramente en pecados ¿y nos enseñas a nosotros? Y lo expulsaron.
La ceguera espiritual
35 Jesús oyó decir que lo habían expulsado y, hallándolo, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? 36 Él respondió, diciendo: ¿Quién es, Señor, para que yo crea en él? 37 Jesús le dijo: Tú le has visto, y el que habla contigo, él mismo es. 38 Y él dijo: ¡Creo, Señor! Y lo adoró. 39 Y dijo Jesús: Para juicio vine a este mundo, a fin de que los que no ven, vean, y los que ven, queden ciegos. 40 Aquellos de los fariseos que estaban con él oyeron esto y le dijeron: ¿Acaso nosotros también somos ciegos? 41 Jesús les dijo: Si fuerais ciegos no tendríais pecado; pero ahora decís: Nosotros vemos; por tanto, vuestro pecado permanece.