Juan 18
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El arresto de Jesús
Mateo 26:36-54; Marcos 14:32-50; Lucas 22:39-51
1 Cuando Jesús hubo dicho estas palabras, salió con sus discípulos al otro lado del torrente de Cedrón donde había un huerto, en el cual entró con sus discípulos. 2 También Judas, el que le entregaba, conocía el lugar, porque Jesús muchas veces se reunió allí con sus discípulos. 3 Judas entonces, a la cabeza de una compañía de soldados y de alguaciles de los sumos sacerdotes y de los fariseos, fue allí con linternas, antorchas y armas. 4 Pero Jesús, conociendo todas las cosas que sobre él venían, salió y les dijo: ¿A quién buscáis? 5 Le respondieron: ¡A Jesús el Nazareno! Jesús les dijo: Yo soy. Y Judas también, el que le entregaba, estaba con ellos. 6 Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron y cayeron a tierra. 7 Entonces les volvió a preguntar: ¿A quién buscáis? Y le contestaron: ¡A Jesús el Nazareno! 8 Jesús respondió: Ya os dije que yo soy; si me buscáis a mí, dejad que estos se vayan; 9 (para que se cumpliese lo que había dicho: De aquellos que me diste, no he perdido ninguno). 10 Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la sacó, hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha (el nombre del siervo era Malco). 11 Jesús entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copa que me ha dado mi Padre, ¿acaso no la he de beber?
Jesús ante Anás y Caifás
Mateo 26:57-75; Marcos 14:53-72; Lucas 22:54-65
12 Entonces la compañía de soldados, el tribuno y los alguaciles de los judíos prendieron a Jesús y lo ataron; 13 y lo condujeron primero a Anás; porque era suegro de Caifás, que era sumo sacerdote aquel año. 14 Era Caifás el que había aconsejado a los judíos que convenía que un solo hombre muriese por el pueblo. 15 Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús en el patio del palacio del sumo sacerdote. 16 Pero Pedro se quedó fuera, junto a la puerta. Salió, pues, el otro discípulo que era conocido del sumo sacerdote, y habló a la portera, e hizo entrar a Pedro. 17 Entonces la criada portera dijo a Pedro: ¿No eres tú uno de los discípulos de este hombre? Él dijo: No soy. 18 Los siervos y los alguaciles estaban alrededor de un fuego que habían encendido porque hacía frío; y se estaban calentando; Pedro también estaba con ellos, calentándose.
19 El sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y acerca de su enseñanza. 20 Jesús le respondió: Yo he hablado abiertamente al mundo; enseñaba siempre en la sinagoga y en el templo, donde todos los judíos se reúnen; nada he hablado en secreto. 21 ¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que me han oído, qué les hablé; he aquí, ellos saben lo que yo dije. 22 Cuando Jesús dijo esto, uno de los alguaciles que estaba presente le dio una bofetada, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote? 23 Le respondió Jesús: Si he hablado mal, da testimonio del mal; pero si bien, ¿por qué me golpeas? 24 Pues Anás lo había enviado atado a Caifás, sumo sacerdote.
La negación de Pedro
25 Pedro estaba de pie calentándose. Le dijeron, pues: ¿No eres tú uno de sus discípulos? Él lo negó y dijo: ¡No soy! 26 Dijo uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro había cortado la oreja: ¿No te vi yo en el huerto con él? 27 Pedro negó otra vez; y al instante cantó un gallo.
Jesús ante Pilato
Mateo 27:1-2, 11-30; Marcos 15:1-9; Lucas 23:1-25
28 Condujeron a Jesús de casa de Caifás al pretorio; era de madrugada; ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse y poder comer la Pascua. 29 Así, pues, Pilato salió a ellos y dijo: ¿De qué acusáis a este hombre? 30 Le respondieron diciendo: Si este hombre no fuera malhechor, no te lo hubiéramos entregado. 31 Les dijo, pues, Pilato: Tomadlo vosotros, y juzgadlo conforme a vuestra ley. Le dijeron los judíos: No nos es lícito a nosotros dar muerte a nadie; 32 para que se cumpliera lo que Jesús había dicho, dando a entender de qué clase de muerte iba a morir.
33 Pilato entró otra vez en el pretorio y llamando a Jesús, le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? 34 Jesús respondió: ¿Dices esto de ti mismo, o te lo han dicho otros de mí? 35 Respondió Pilato: ¿Acaso soy yo judío? Tu misma nación y los jefes de los sacerdotes te entregaron a mí. ¿Qué hiciste? 36 Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo; si lo fuera, entonces mis servidores pelearían para que yo no fuese entregado a los judíos; pero ahora mi reino no es de aquí. 37 Pilato entonces le dijo: ¿Así que tú eres rey? Respondió Jesús: Tú dices que soy rey. Yo para esto nací, y para esto vine al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo aquel que es de la verdad oye mi voz. 38 Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y diciendo esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito. 39 Pero tenéis la costumbre de que os suelte algún preso en la Pascua; ¿queréis, pues, que os libere al Rey de los judíos? 40 Entonces todos gritaron otra vez, diciendo: ¡No a este, sino a Barrabás! Y Barrabás era un malhechor.