1 Pedro 3
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Deberes recíprocos de la esposa y del marido
Efesios 5:22-33; Colosenses 3:18-19; 1 Timoteo 2:9-15
1 Igualmente vosotras, esposas, sed sumisas a vuestros maridos para que aun si alguno no obedece a la Palabra, sea ganado sin una palabra por la conducta de su esposa, 2 al observar vuestra conducta casta y respetuosa. 3 Que vuestro atavío no sea exterior: trenzado de cabellos, adornos de oro, o vestidos lujosos, 4 sino el de la persona interior, del corazón, en el atavío incorruptible de un espíritu afable y apacible, que es de gran valor ante Dios. 5 Porque así también se ataviaban en tiempos pasados las santas mujeres que esperaban en Dios, estando sumisas a sus maridos, 6 como Sara obedeció a Abraham, llamándole señor; cuyas hijas sois vosotras, haciendo el bien y no temiendo ninguna amenaza. 7 De igual manera vosotros, maridos, vivid con ellas con inteligencia, como con un vaso más frágil, que es el femenino; dándoles honor como a las que también son coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no sean interrumpidas.
Deberes entre hermanos
Mateo 10:24-31; Romanos 12:14-21
8 En fin, tened todos un mismo sentimiento, compasivos, fraternales, misericordiosos y humildes; 9 no devolviendo mal por mal, o maldición por maldición, sino al contrario, bendiciendo; porque para eso fuisteis llamados, para heredar bendición. 10 Porque el que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal y sus labios de decir engaños; 11 apártese del mal y haga el bien; busque la paz y sígala. 12 Porque los ojos del Señor° están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor° está contra los que hacen el mal.
Actitud en la persecución
13 ¿Y quién es aquel que os hará daño, si sois celosos favorecedores del bien? 14 Pero si incluso padecéis a causa de la justicia, dichosos sois. No temáis lo que ellos temen, ni os turbéis; 15 sino santificad a Cristo como Señor en vuestros corazones; y estad siempre dispuestos a responder con bondad y respeto a todo el que os pida razón de la esperanza que hay en vosotros; 16 con buena conciencia, para que en lo que os calumnian, se avergüencen los que denigran vuestra buena conducta en Cristo. 17 Porque es mejor padecer haciendo bien, si así lo quiere la voluntad de Dios, que haciendo mal.
El ejemplo por excelencia
Génesis 6 al 8; Romanos 6:3-13; Efesios 1:20-21; 4:17-24
18 Porque también Cristo padeció una vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, sufriendo la muerte en su carne, pero vivificado por el Espíritu; 19 por el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, 20 a los que en otro tiempo desobedecieron, cuando la paciencia de Dios esperaba en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocos, es decir, ocho personas, fueron salvadas a través del agua. 21 Es la figura del bautismo que también ahora nos salva (este no quita la inmundicia de la carne, sino la petición a Dios de una buena conciencia) por la resurrección de Jesucristo, 22 quien habiendo ido al cielo, está a la diestra de Dios; a él están sometidos ángeles, autoridades y potestades.