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1 Timoteo
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Capítulo 1
Destinatario y saludos
Gálatas 3:10-24; 2 Timoteo 2:15-18; Tito 1:1-4; 3:9
1 Pablo, apóstol de Cristo Jesús según el mandato de Dios nuestro Salvador y de Cristo Jesús nuestra esperanza, 2 a Timoteo, mi verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor.
La amenaza de los falsos maestros
Hechos 26:9-20; Gálatas 3:10-12, 19-24; 1 Timoteo 6:3-5; 2 Timoteo 2:10-18
3 Te rogué, cuando yo iba a Macedonia, que te quedaras en Éfeso para mandar a algunos que no enseñen diferente doctrina, 4 ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que producen disputas, en vez de cumplir el plan de Dios que es por la fe. 5 El propósito del mandato es el amor, que procede de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe no fingida; 6 algunos, apartándose de estas cosas, se desviaron a una vana palabrería, 7 queriendo ser maestros de la ley, sin entender ni lo que dicen, ni sobre lo que insisten.
La verdadera misión de la ley
8 Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente; 9 conociendo esto, que la ley no es para el justo, sino para los inicuos e insumisos, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, 10 para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cualquier otra cosa que se oponga a la sana doctrina, 11 conforme al evangelio de la gloria del bendito Dios, que me fue confiado.
La gracia de Dios para con Pablo
12 Doy gracias a aquel que me dio poder, Cristo Jesús nuestro Señor, porque me consideró fiel poniéndome en el ministerio, 13 habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; pero me fue otorgada misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. 14 Y la gracia de nuestro Señor sobreabundó con fe y amor en Cristo Jesús. 15 Fiel es esta palabra y digna de toda aceptación: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. 16 Pero por esto me fue otorgada misericordia, para que en mí, el primero, Jesucristo mostrara toda paciencia, como modelo de los que van a creer en él para vida eterna. 17 ¡Al Rey de los siglos, incorruptible, invisible, único Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos! Amén.
Timoteo frente a sus responsabilidades
18 Te encomiendo este mandato, hijo Timoteo, conforme a las precedentes profecías sobre ti, para que pelees por ellas la buena lucha, 19 teniendo fe y buena conciencia. Algunos que la desecharon naufragaron respecto a la fe, 20 de los que son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás, para que aprendan a no blasfemar.
Capítulo 2
Orar por todos
Jeremías 29:7; Juan 3:16-17; 1 Pedro 3:3-4
1 Exhorto, pues, ante todo, que se hagan peticiones, oraciones, intercesiones, acciones de gracias, por todos los hombres; 2 por los reyes y por todas las autoridades; para que vivamos tranquila y sosegadamente, con toda piedad y honestidad. 3 Esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, 4 el cual quiere que todos los hombres sean salvos y lleguen al pleno conocimiento de la verdad. 5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús; 6 el que se dio a sí mismo en rescate por todos; este testimonio se ha dado a su debido tiempo. 7 Para lo cual yo fui puesto como predicador y apóstol (digo la verdad, no miento), maestro de los gentiles en fe y verdad.
La actitud de los hombres y de las mujeres en la Iglesia
Tito 2:3-5; 1 Pedro 3:1-6
8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, alzando manos santas, sin ira ni disensión. 9 Asimismo, que las mujeres se vistan de ropa decorosa con recato y sobriedad; no con peinado ostentoso y oro, o perlas, o vestidos costosos, 10 sino con buenas obras, lo cual conviene a mujeres que hacen profesión de servir a Dios. 11 La mujer aprenda en silencio con toda sumisión. 12 Pero no permito a la mujer enseñar ni ejercer autoridad sobre el hombre, sino estar en silencio. 13 Porque Adán fue formado primero, luego Eva; 14 y Adán no fue engañado; pero la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. 15 Pero se salvará engendrando hijos, si ellas permanecen en la fe, el amor y la santificación, con modestia.
Capítulo 3
Los conductores en la Iglesia: los supervisores
Hechos 6:1-6; Tito 1:5-9; 1 Pedro 5:1-4
1 Fiel es la palabra: Si alguno anhela cargo de supervisor, buena obra desea. 2 Es, pues, necesario que el supervisor sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, sensato, honorable, hospitalario, apto para enseñar; 3 no adicto al vino, ni pendenciero, sino amable, apacible; no amigo del dinero; 4 que gobierne bien su propia casa, teniendo a sus hijos en sumisión, con toda respetabilidad; 5 (porque si alguno no sabe dirigir su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?) 6 no un neófito, no sea que lleno de orgullo caiga en la condenación del diablo. 7 También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y lazo del diablo.
Los diáconos
8 Asimismo los diáconos deben ser hombres respetables, no de doble palabra; no adictos a mucho vino, ni codiciosos de ganancia deshonesta; 9 guardando el misterio de la fe con limpia conciencia. 10 Y que también estos sean probados de antemano, y entonces sirvan, si son irreprensibles. 11 Asimismo las mujeres sean serias, no calumniadoras, sobrias, fieles en todo. 12 Los diáconos sean maridos de una sola mujer, que dirijan bien a sus hijos y sus propias casas. 13 Porque los que bien han servido, obtienen para sí una buena madurez, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.
El misterio revelado
Juan 1:1, 14; Romanos 1:4; 16:25-26; Efesios 2:19-22
14 Estas cosas te escribo, esperando ir pronto a verte, 15 pero si me retraso, para que sepas cómo debes comportarte en la casa de Dios (que es la Iglesia del Dios vivo), columna y cimiento de la verdad. 16 E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, fue justificado en el Espíritu, fue visto de ángeles, fue predicado entre los gentiles, fue creído en el mundo, fue recibido arriba en gloria.
Capítulo 4
Las falsas doctrinas en los últimos tiempos
Colosenses 2:16-23; 2 Timoteo 2:4-6; 1 Juan 4:1-3
1 Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos se apartarán de la fe, prestando atención a espíritus engañosos y a enseñanzas de demonios, 2 mintiendo con hipocresía y teniendo cauterizada su misma conciencia; 3 prohibirán casarse, mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para ser recibidos con acciones de gracias por los creyentes y los que conocen la verdad. 4 Porque todo lo que Dios ha creado es bueno, y no hay nada que desechar, si se recibe con acciones de gracias; 5 porque es santificado mediante la palabra de Dios y la oración.
Recomendaciones a Timoteo
Tito 2:7, 15; 2 Timoteo 1:6, 13; 2:14-16; 4:1, 2, 5
6 Si esto enseñas a los hermanos, serás un buen ministro de Cristo Jesús, nutrido en las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido con exactitud. 7 Rechaza las fábulas profanas propias de viejas, y ejercítate para la piedad;
Utilidad de la piedad
8 porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, teniendo la promesa de la vida presente y de la venidera. 9 Fiel es esta palabra y digna de toda aceptación. 10 Porque para esto trabajamos y sufrimos oprobio; pues hemos puesto la esperanza en el Dios vivo, quien es Salvador de todos los hombres, especialmente de los creyentes.
Ejemplo para los fieles
11 Anuncia estas cosas y enséñalas. 12 Que nadie menosprecie tu juventud, más bien sé ejemplo de los fieles en palabra, en manera de vivir, en amor, en fe, en pureza. 13 Hasta que yo venga, aplícate a la lectura, a la exhortación, a la enseñanza. 14 No descuides el don que hay en ti, que te fue dado por medio de profecía, con imposición de las manos del consejo de ancianos. 15 Ocúpate de estas cosas, permanece en ellas, para que tu progreso sea manifiesto a todos. 16 Vela por ti mismo y por la enseñanza; persevera en estas cosas, porque haciendo esto no solo te salvarás a ti mismo, sino también a los que te oyen.
Capítulo 5
Los fieles
1 Corintios 9:7-14; Efesios 6:5-8; 1 Pedro 2:18-20
1 No reprendas con dureza al hombre de edad, sino exhórtale como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos; 2 a las ancianas, como a madres; a las jóvenes, como a hermanas, con toda pureza.
Las viudas
3 Honra a las viudas, que son en verdad viudas. 4 Pero si alguna viuda tiene hijos o descendientes, que aprendan ellos primero a mostrar la piedad para con su propia familia y a recompensar a sus progenitores; porque esto es agradable delante de Dios. 5 La que realmente es viuda y ha quedado sola, ha puesto su esperanza en Dios y persevera en súplicas y oraciones noche y día; 6 pero la que se entrega a los placeres, viviendo está muerta. 7 Manda también estas cosas, para que sean irreprensibles. 8 Pero si alguien no provee para los suyos, y especialmente para los de su casa, ha renegado la fe y es peor que un incrédulo. 9 Sea puesta en la lista solo la viuda no menor de sesenta años, que haya sido mujer de un solo marido, 10 teniendo testimonio de buenas obras; si ha criado hijos, si practicó la hospitalidad, si lavó los pies de los santos, si socorrió a los afligidos, si aprovechó para hacer el bien. 11 Pero rehúsa a las viudas más jóvenes; porque cuando son arrastradas por sus pasiones contra Cristo, quieren casarse, 12 incurriendo en reproche por haber abandonado su primera fe. 13 También aprenden a ser ociosas, andando de casa en casa; y no solo ociosas, sino chismosas y entrometidas, hablando lo que no deben. 14 Quiero, pues, que las más jóvenes se casen, críen hijos, gobiernen sus casas, y no den al adversario ningún motivo de hablar mal; 15 porque ya algunas se han apartado en pos de Satanás. 16 Si algún creyente o alguna creyente tiene viudas, que las asistan y no sean una carga a la iglesia, para que esta socorra a las que realmente son viudas.
Los ancianos
17 Los ancianos que dirigen bien sean tenidos por dignos de doble honor, especialmente los que trabajan en la palabra y en la enseñanza. 18 Porque la Escritura dice: «No pondrás bozal al buey que trilla» [Deuteronomio 25:4]; y otra vez: «El obrero es digno de su salario.» [Luc 10:7] 19 No admitas acusación contra un anciano, excepto por testimonio de dos o tres testigos. 20 A los que continúan pecando, repréndelos delante de todos, para que los demás también tengan temor. 21 Te ruego delante de Dios y de Cristo Jesús, y de los ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin prejuicios, sin hacer nada con parcialidad. 22 No impongas las manos con ligereza a nadie, ni participes en pecados ajenos; guárdate puro. 23 No bebas solo agua, sino usa de un poco de vino a causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades. 24 Los pecados de algunos hombres son ya notorios antes del juicio; pero los de otros se descubren después. 25 Asimismo hay buenas obras que son notorias; y las que son de otra manera no pueden quedar ocultas.
Capítulo 6
Los siervos y los amos
Efesios 6:5-8; Tito 2:9-10; 1 Pedro 2:18-20
1 Todos los que están bajo yugo de servidumbre consideren a sus propios amos como dignos de todo honor, para que el nombre de Dios y la doctrina no sean blasfemados. 2 Los que tienen amos creyentes no los menosprecien por ser hermanos, sino antes sírvanles mejor, por cuanto son fieles y amados los que se benefician del servicio. Enseña y exhorta estas cosas.
La verdadera piedad
Mateo 6:19-34
3 Si alguien enseña algo distinto y no está de acuerdo con estas sanas palabras, las de nuestro Señor Jesucristo, y con la piedad que es según la enseñanza, 4 está hinchado de orgullo, nada sabe, sino que delira acerca de cuestiones y disputas de palabras, de donde nacen envidias, discordias, maledicencias, malas sospechas, 5 disputas constantes de hombres de entendimiento corrompido y privados de la verdad, que suponen que la piedad es un medio de ganancia. 6 Pero gran ganancia es la piedad con contentamiento; 7 porque nada trajimos al mundo, y nada podemos sacar de él. 8 Así que teniendo alimento y ropa, nos contentaremos con estas cosas. 9 Pero los que desean ser ricos, caen en tentación y lazo, y en muchas concupiscencias necias y perniciosas que hunden a los hombres en destrucción y perdición. 10 Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero; el cual codiciando algunos, se desviaron de la fe y a sí mismos se traspasaron con muchos dolores.
La buena confesión de la fe
11 Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. 12 Pelea la buena batalla de la fe; echa mano de la vida eterna, a la que fuiste llamado y de la que has hecho la buena confesión delante de muchos testigos. 13 Te mando delante de Dios, quien da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, quien ante Poncio Pilato hizo la buena confesión, 14 que guardes el mandamiento sin mácula, sin reproche, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, 15 la cual mostrará a su tiempo el bendito y único Soberano, el Rey de reyes y Señor de señores, 16 el único que posee inmortalidad, que habita en una luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, a quien sea el honor y el poder eterno. Amén
Consejos a los ricos
17 Ordena a los que son ricos en este siglo, que no sean altivos, ni pongan su esperanza en las riquezas inciertas, sino en Dios, quien nos ofrece todo ricamente para gozarlo; 18 que hagan el bien; que sean ricos en buenas obras, prontos a dar, generosos; 19 atesorando para sí un buen fundamento para el futuro, a fin de que echen mano de la verdadera vida.
Últimos consejos y saludos
20 Oh Timoteo, guarda lo que se te confió. Evita los profanos y vanos discursos, y las objeciones de la falsamente llamada ciencia, 21 la cual profesando algunos, se desviaron de la fe. La gracia sea contigo.