VIOLENCIA
A - Nombre
jamas (2555, חָמָָס), «violencia; iniquidad; malicia». Este vocablo se encuentra unas 60 veces y en todos los períodos del Antiguo Testamento.
Básicamente, jamas connota la ruptura del orden divino establecido. Tiene una amplia gama de matices dentro de este campo jurídico. Expresa falso (jamas) testimonio en casos de violencia física en que se requería un mínimo de tres testigos (cf. Deut. 19:16). En este medio no se aceptaba el testimonio de un testigo sin una investigación (Deut. 19:18). Si se demostraba que el testimonio era falso, el castigo que le correspondía al acusado recaía sobre el testigo falaz (cf. Deut. 19:19). En Éx. 23:1 Dios amonesta a Israel: «No admitirás falso rumor. No te concertarás con el impío para ser testigo falso»; en otras palabras, la iniquidad del falso testigo consiste en acusar a alguien de un delito violento por el cual el acusado podría ser castigado severamente.
Una definición de jamas podría ser: «violencia» o «afrenta» de un pueblo que, al no ser corregida, interrumpe la relación con Dios e impide su bendición.
Este significado aparece en la declaración «la tierra estaba corrompida delante de Dios; estaba llena de violencia» (Gén. 6:11 RVA: el primer ejemplo del término). Dentro de este sentido cabe el recurso de Sarai ante Dios contra Abram por no haber mantenido sumisa a Agar: «Mi afrenta [jamas] sea sobre ti. Yo te di a mi sierva por mujer, y viéndose encinta, me mira con desprecio; juzgue Jehová entre tú y yo» (Gén. 16:5). Abram, actuando como juez en lugar de Dios, acepta que lo que dice Sarai es correcto y entrega a Agar a Sarai para que disponga de ella.
B - Verbo
Jamas significa «violentar». El verbo, que aparece 7 veces en hebreo bíblico, tiene cognados en arameo, acádico y arábigo. El término aparece en Jer. 22:3, donde se insta a no ser violentos: «Practicad en este lugar la justicia y la rectitud, librad del explotador al oprimido, no humilléis ni maltratéis a los extranjeros, los huérfanos y las viudas. No matéis a gente inocente» (LVP).