TRABAJAR
A - Verbos
pa˓al (6466, פעַַל), «hacer, trabajar». Este verbo es de uso común en hebreo antiguo y moderno, donde tiene la acepción de «trabajar, actuar, funcionar». Se encuentra solo 57 veces en el Antiguo Testamento hebraico y se usa sobre todo como sinónimo poético del término mucho más popular, ˓asah, «hacer, fabricar». Como tal, casi la mitad de los casos de pa˓al se hallan en el libro de los Salmos. El vocablo aparece por vez primera en el Antiguo Testamento en el cántico de Moisés: «El lugar que has hecho para tu morada, oh Señor, el santuario» (Éx. 15:17 LBA; «preparado» RVR). El verbo se usa para referirse a Dios y a seres humanos. En Sal. 15:2 el sujeto es el ser humano: «El que anda en integridad y hace [«obra» LBA; «practica» NVI] justicia, y habla verdad en su corazón».
˓asah (6213, עשָָה), «fabricar, hacer, crear». Esta raíz también se encuentra en moabita y fenicio (solo como nombre propio). Se halla en el temprano hebreo extrabíblico, en hebreo moderno y 2.625 veces en la Biblia (durante todos los períodos). Se debe hacer una distinción entre estas acepciones de ˓asah y otra que significa «apretar».
En su sentido básico el verbo se refiere a la producción de diversos objetos. Incluye «hacer» imágenes e ídolos: «No te harás imagen, ni ninguna semejanza» (Éx. 20:4). El verbo puede indicar la fabricación de algún objeto de otros materiales: «Y del resto hace un dios, su ídolo» (Isa. 44:17 LBA). En un sentido más amplio el verbo significa la preparación de una cominda, un banquete e incluso de una ofrenda: «Tomó también mantequilla [«manteca» RV; «cuajado» LBA; «requesón» BJ, NBE] y leche, y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos» (Gén. 18:8).
En Gén. 12:5 (RVA) ˓asah quiere decir (como a menudo es el caso) «adquirir»: «Abram tomó a Sarai su mujer, a Lot su sobrino y todos los bienes que habían acumulado y a las personas que habían adquirido [quizás esclavos] en Harán».
Cuando se usa en combinación con «sábado» o el nombre de algún otro día sagrado, el término significa «guardar» o «celebrar»: «Toda la congregación de Israel la celebrará» (Éx. 12:47 RVA). Con una acepción parecida el vocablo indica «pasar» un día: «Porque, ¿quién sabe cuál es el bien del hombre en la vida, todos los días de la vida de su vaidad, los cuales él pasa como sombra?» (Ecl. 6:12).
Según su complemento, ˓asah tiene varios matices más dentro del concepto general de «fabricar» un producto. Por ejemplo, con el complemento «libro» el verbo significa «escribir»: «No hay fin de hacer muchos libros» (Ecl. 12:12). También la Biblia usa el mismo vocablo en relación al proceso de «hacer» guerra: «Estos hicieron guerra contra Bera rey de Sodoma» (Gén. 14:2). A veces el término representa una acción: «Y Josué hizo paz con ellos, y celebró con ellos alianza» (Jos. 9:15); también «José hizo a su padre durante duelo por siete días» (Gén. 50:10). Con el vocablo «nombre» el verbo quiere decir «adquirir preeminencia y fama»: «Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; hagámonos un nombre» (Gén. 11:4). Con el vocablo «habilidad» o «artesanía» ˓asah significa «trabajar»: «Lo he llenado del Espíritu de Dios… y toda habilidad de artesano… y para trabajar en oro, plata y bronce» (Éx. 31:3-4 RVA).
También ˓asah puede representar las relaciones entre dos personas en cuanto a lo que una «hace» por la otra mediante sus acciones o conducta. El faraón pregunta a Abram: «¿Qué es esto que has hecho conmigo?» (Gén. 12:18). Israel se compromete con Dios diciendo: «Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos» (Éx. 24:7). Con la partícula le el verbo implica imponer sobre alguien determinada acción o conducta: «Después llamó Abimelec a Abraham, y le dijo: ¿Qué nos has hecho?» (Gén. 20:9). Con la partícula ˓im, el verbo puede significar «mostrar» o «practicar» con referencia a otra persona. El énfasis aquí recae sobre una relación mutua y progresiva entre dos personas que lleva implícita obligaciones recíprocas: «Jehová, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham» (Gén. 24:12), En Gén. 26:29 ˓asah se emplea dos veces refiriéndose al «comportamiento con otros»: «Que no nos hagas mal, como nosotros no te hemos tocado y como solamente te hemos hecho bien».
Cuando se usa en sentido absoluto (intransitivo), el verbo a veces significa «tomar medidas», «intervenir»: «Haga esto Faraón, y ponga gobernadores sobre el país» (Gén. 41:34). En hebreo ˓asah no tiene complemento en este pasaje, se usa en forma absoluta (cf. LBA). La misma modalidad puede también significar «estar activo»: «Busca lana y lino, y con voluntad trabaja con sus manos» (Prov. 31:13). En 1 Cr. 28:10 el verbo (en sentido absoluto) significa «ponerse a trabajar» o «emprender una tarea»: «Mira ahora, porque Jehovah te ha elegido para que edifiques una casa para ser santuario. ¡Esfuérzate y actħa!» (RVA).
Cuando tiene que ver con plantas, el verbo quiere decir «producir». En Gén. 1:11 significa «fructificar»: «Árbol de fruto que dé fruto según su género». Un matiz parecido se refiere a lo contrario de producir grano: «El trigo no tiene espigas, no da grano» (Oseas 8:7 LBA). Positivamente, el vocablo indica la producción de las ramas de las plantas: «En un buen campo, junto a muchas aguas, fue plantada, para que hiciese ramas y diese fruto, y para que fuese vid robusta» (Ezeq. 17:8).
En clave teológica, ˓asah se aplica la respuesta humana a las iniciativas divinas. Dios ordena a Noé: «Hazte un arca de madera de gofer» (Gén. 6:14). Del mismo modo, se ordena a Israel que «construya» un santuario para Dios (Éx. 25:8). Lo que hacen los sacerdotes es presentar la sangre del sacrificio (Lev. 4:20). También ˓asah sirve para describir toda la actividad cúltica: «De la manera que hoy se ha hecho, mandó hacer Jehová para expiaros» (Lev. 8:34). De esta manera el ser humano comunica con sus acciones su compromiso íntimo o su relación con Dios (Deut. 4:13). Cumplir con los mandamientos de Dios (hacerlos) da vida al hombre (Lev. 18:5).
Este término también se aplica concretamente a todas las dimensiones de la acción divina. En su sentido más amplio, refiriéndose a las acciones de Dios hacia con su pueblo Israel, el término se encuentra por primera vez en Gén. 12:2, donde Dios promete «hacer» de Abram una gran nación. ˓Asah es también la expresión más amplia de la acción divina de crear. Describe todos los aspectos de esta actividad: «Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra» (Éx. 20:11). Tiene este mismo significado la primera vez que aparece el vocablo en la Biblia: «E hizo Dios la bóveda, y separó las aguas que están debajo de la bóveda, de las aguas que están sobre la bóveda» (Gén. 1:7 RVA). El término se usa para indicar las acciones de Dios que afectan todo el mundo creado y sus habitantes (Éx. 20:6). Las acciones y las palabras de Dios están en perfecta concordancia; lo que Él dice, Él hará, y Él hace lo que dijo que habría de hacer (Gén. 21:1; Sal. 115:3).
˓amal (5998, עָמַַל), «trabajar». El verbo se encuentra solo 11 veces en hebreo bíblico y en poesía. ˓Amal aparece varias veces en Eclesiastés (2:11, 19, 21; 5:16). Se encuentra también en Sal. 127:1: «Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican».
˓Amal quiere decir «afanarse». El verbo se halla en contados pasajes en Eclesiastés. Uno de ellos es Ecl. 3:9: «¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?»
B - Nombres
ma˓aseh (4639, מעֲשֶה), «obra; trabajo; acción; labor; conducta». Este nombre se usa 235 veces en hebreo bíblico en todo el Antiguo Testamento y en todos los estilos literarios. El padre de Noé, Lamec, al expresar sus esperanzas para un nuevo mundo, usa el término por primera vez en el Antiguo Testamento: «Y llamó su nombre Noé, diciendo: Este nos aliviará de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo» (Gén. 5:29).
El significado básico de ma˓aseh es «trabajo». Lamec lo aplicó a la labor agrícola (Gén. 5:29). Los israelitas debieron celebrar la Fiesta de las Semanas (primicias, primeros frutos), en reconocimiento de la bendición de Dios sobre sus «labores» (Éx. 23:16). Sin embargo, el término no se limita a un contexto agrícola. Debido a que ma˓aseh es el término más generalizado para indicar «trabajo», también puede aplicarse al trabajo de un maestro artesano (Éx. 26:1), un recamador (26:36), un joyero (28:11) y un perfumista. El producto final de sus labores también se conocía como ma˓aseh: «En el canastillo más alto había toda clase de manjares de pastelería [lit. «trabajo de un panadero»] para el faraón» (Gén. 40:17); «Y Moisés y el sacerdote Eleazar recibieron el oro de ellos, alhajas todas elaboradas [lit. «artículos de trabajo»]» (Núm. 31:51). El artesano practicaba su oficio durante la semana que, en hebreo así como en castellano, se conocía como «días de trabajo», y descansaba el sábado: «Así ha dicho Jehová el Señor: La puerta del atrio interior que mira al oriente estará cerrada los seis días de trabajo, y el día de reposo se abrirá; se abrirá también el día de la luna nueva» (Ezeq. 46:1; cf. Éx. 23:12).
La frase «obra de nuestras manos» indica la inutilidad de los ídolos formados por manos humanas: «No nos librará el asirio; no montaremos en caballos, ni nunca más diremos a la obra de nuestras manos: Dioses nuestros; porque en ti el huérfano alcanzará misericordia» (Oseas 14:3). Por otro lado, la oración del salmista incluye la petición de que se estableciesen las «obras» del pueblo de Dios: «Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros, y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros; sí, la obra de nuestras manos confirma» (Sal. 90:17). Los justos cumplen la obra de Dios y le causan regocijo; por tanto, «sea la gloria de Jehová para siempre; alégrese Jehová en sus obras» (Sal. 104:31).
Además de «trabajo», ma˓aseh también denota «acción», «práctica», «conducta». Acusándoles de haber robado su copa de adivinación, José pregunta a sus hermanos: «¿Qué acción es esta que habéis hecho? ¿No sabéis que un hombre como yo sabe adivinar?» (Gén. 44:15). A los israelitas se les prohíbe terminantemente imitar el comportamiento inmoral desmedido de los cananeos y de las naciones circunvecinas: «No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual morasteis; ni haréis como hacen en la tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco, ni andaréis en sus estatutos» (Lev. 18:3; cf. Éx. 23:24). Los israelitas, sin embargo, no haciendo caso a la advertencia, «se mezclaron con las naciones, y aprendieron sus obras… se contaminaron así con sus obras, y se prostituyeron con sus hechos» (Sal. 106:35, 39).
Hasta aquí hemos visto a ma˓aseh desde una perspectiva humana. La palabra puede tener una connotación positiva («obra, trabajo, acción»), así como un sentido negativo («práctica corrupta, mala conducta»). El Antiguo Testamento nos llama también a celebrar la «obra» de Dios. El salmista se sintió sobrecogido ante la majestad divina, al contemplar la «obra» de la creación: «Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste» (Sal. 8:3; cf. 19:1; 102:25). El Dios de Israel manifestó sus grandes hechos de liberación a favor de Israel: «Y sirvió Israel a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué y que sabían todas las obras que Jehová había hecho por Israel» (Jos. 24:31).
Todas las obras de Dios se caracterizan por su fidelidad a sus promesas y al pacto (alianza): «Porque recta es la palabra de Jehová, y toda su obra es hecha con fidelidad» (Sal. 33:4).
Ma˓aseh se traduce ergon («obra; acción: manifestación») y poiema («lo que ha sido hecho; trabajo; creación») en el griego de la Septuaginta.
˓amal (5999, עָמָָל), «labor; trabajo arduo, forzado, penoso; angustia; miseria; molestia». Cognados de este nombre y el verbo del que este se deriva aparecen en arameo, arábigo y acádico. Los 55 casos del nombre pertenecen mayormente a la literatura poética y profética tardía (Gén. 41:51: Deut. 26:7; Jueces 10:16).
Primero, el vocablo quiere decir «trabajo penoso»: «Pero clamamos a Jehovah, Dios de nuestros padres, y Jehovah escuchó nuestra voz. Vio nuestra aflicción, nuestro trabajo forzado y nuestra opresión» (Deut. 26:7 RVA). En Isa. 53:11 ˓amal se usa en relación al penoso «trabajo» del alma del Mesías: «Por las fatigas [«aflicción» RVR, NRV; «angustias» RVA, LBA] de su alma, verá luz, se saciará» (Isa. 53:11 BJ).
Segundo, el producto del esfuerzo y del trabajo también es ˓amal: «Les dio las tierras de las naciones; y las labores de los pueblos heredaron» (Sal. 105:44; «heredaron el fruto del trabajo de otros pueblos» NVI).
Tercero, ˓amal significa «trabajo arduo», destacándose las dificultades que surgen en cualquier tarea difícil o pesada: «¿Qué provecho tiene el hombre de todo su duro trabajo con que se afana debajo del sol?» (Ecl. 1:3). Los 17 casos de este término en Eclesiastés tienen esta acepción.
Cuarto, a veces el énfasis del vocablo enfoca exclusivamente el aspecto trabajoso o desafortunado de una actividad: «Dios [dijo José] me hizo olvidar todo mi trabajo [«sufrimiento» RVA]» (Gén. 41:51: primera mención). En Jueces 10:16 leemos que Dios «no pudo soportar más la aflicción de Israel» (RVA).
Quinto, ˓amal puede tener una connotación ética y se usa como una acepción para «pecado». El hombre malvado «gesta maldad, concibe afanes [«trabajo» RV] y da a luz mentira» (Sal. 7:14 RVA; cf. Job 4:8).
Otro nombre, ˓amel, significa «trabajador, sufridor». el término es poco común en hebreo bíblico. En Prov. 16:26 se refiere a «alguien que trabaja»: «Al que trabaja, el hambre lo obliga a trabajar, pues su propio apetito lo estimula» (NVI). En Job 3:20 ˓amel habla de «una persona que sufre»: «¿Para qué darle luz al que sufre… ?» (RVA; «al trabajado» RVR).