ANCIANO

zaqen (זָקֵֵן), «anciano, anciana, viejo». Zaqen aparece 174 veces en el Antiguo Testamento hebreo como nombre y adjetivo. Se usa primero en Gén. 18:11: «Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres». En Gén. 19:4, el término «viejo» se usa como antónimo de «joven»: «Pero antes que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven [na˓ar, hombre joven] hasta el más viejo» (cf. Jos. 6:21). Como estos, hay otros pasajes que relacionan zaqen con «joven»: «Pero [Roboam] dejó el consejo que los ancianos le habían dado, y pidió consejo de los jóvenes [yeled, muchacho, niño] que se habían criado con él» (1 Reyes 12:8). «Entonces la virgen se alegrará en la danza, los jóvenes [bajûr] y los viejos juntamente; y cambiaré su lloro en gozo, y los consolaré, y los alegraré de su dolor» (Jer. 31:13). El «hombre viejo» es de «edad avanzada» (Gén. 18:11), o sea, «anciano y lleno de años» (Gén. 25:8). El género femenino de zaqen es zeqenah («anciana»).

El término «anciano», en el sentido de «mayor», es un uso más especializado de zaqen (más de 100 veces). El pueblo reconocía al «anciano» por sus dones de liderazgo, sabiduría y justicia. Se consagraba para administrar justicia, resolver disputas y guiar a las personas bajo su responsabilidad. Se conoce también a los ancianos como oficiales (shotrîm), príncipes (jefes de tribus) y jueces. Nótese el uso paralelo: «[Josué] llamó a todo Israel, a sus ancianos, sus príncipes, sus jueces y oficiales, y les dijo: Yo ya soy viejo y avanzado en años» (Jos. 23:2). El rey consulta a los «ancianos» antes de tomar decisiones (1 Reyes 12:8). En una ciudad cualquiera, el consejo gobernante lo constituyen «ancianos» que tienen la responsabilidad de velar por el bienestar de la población: «Hizo, pues, Samuel como le dijo Jehová; y luego que él llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron a recibirle con miedo, y dijeron: ¿Es pacífica tu venida?» (1 Sam. 16:4). Los ancianos sesionaban en la puerta de la ciudad (Rut 4:1-2). El lugar de «reunión» (BLA) se llegó a conocer como «congregación» (RV), «consejo» (BJ, NBE) o «asamblea» (Sal. 107:32).

La Septuaginta traduce el término como: presbutera («hombre de antaño; anciano; presbítero»), presbutes («hombre viejo, de edad»), gerousia («consejo de ancianos»). La RV traduce a zaqen de diversas maneras, según el contexto. Zaqan quiere decir «barba». Este es el caso en Salmo 133:2: «Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras» Esta asociación entre «edad» y «barba» es legítima, aunque no se debe enfatizar. El verbo zaqen («ser viejo») surge de este nombre.

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