SUERTE
gôral (1486, גורָל), «suerte». Este término está constatado 77 veces en todos los períodos de la lengua (si se acepta el punto de vista tradicional sobre la formación del canon).
Gôral indica la «suerte» que se echaba para en ciertas situaciones descubrir la voluntad de Dios: «Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos, una suerte por el Señor, y otra suerte para el macho cabrío expiatorio» (Lev. 16:8 LBA: primer ejemplo bíblico del vocablo). No se sabe exactamente cómo se echaban «suertes».
Puesto que la tierra de Palestina se repartió entre las tribus echando «suertes», por «lotería», estas parcelas llegaron a denominarse «lotes»: «La parte que tocó en suerte a la tribu de los hijos de Judá, conforme a sus familias, llegaba hasta la frontera de Edom» (Jos. 15:1).
Ampliando un poco su significado, gôral indica también la idea de «destino»: «Al atardecer he aquí el terror repentino, y antes del amanecer ya no existirán. Esta es la porción de los que nos despojan, el destino de los que nos saquean» (Isa. 17:14 RVA). Puesto que Dios es el que gobierna todas las cosas absolutamente, se considera que el resultado de «echar suertes» está bajo el control divino: La suerte se echa en el regazo [«sobre la mesa», NVI]; mas de Jehová es la decisión de ella» (Prov. 16:33). A esto se debe la convicción de que nuestra «suerte» está en manos de la providencia (el control divino de la historia).