RIQUEZA, ABUNDANCIA
jôn (1952, הון), «abundancia; fortuna; riqueza; posesiones; basta». Los 26 casos de este vocablo se encuentran casi todos en la literatura sapiencial, con 17 en Proverbios. El término aparece únicamente en singular.
Jôn se refiere casi siempre a artículos portables de valor («posesiones, riquezas»): «Si lo atrapan, deberá devolver siete tantos lo robado, aun cuando eso le cueste todas sus posesiones» (Prov. 6:31 NVI; cf. Éx. 27:12). Las «riquezas» pueden ser buenas y señal de bendición: «Bienes y riquezas hay en su casa; su justicia permanece para siempre» (Sal. 112:3). La creación es «riqueza» divina: «Me he gozado en el camino de tus testimonios más que sobre toda riqueza» (Sal. 119:14). En Proverbios, las «riquezas» generalmente indican maldad: «La fortuna del rico es su fortaleza, la ruina de los pobres es su pobreza» (Prov. 10:15 LBA).
El término puede indicar cualquier clase de «propiedad»: «Si el hombre diese todas las riquezas de su casa para comprar el amor, de cierto lo despreciarían» (Cant. 8:7 RVA). Esta es la acepción la primera vez que se usa el vocablo: «Vendes a tu pueblo a bajo precio, y no te has beneficiado con su venta» (Sal. 44:12 LBA). Prov. 12:27 (RVA) se refiere a las «riquezas» en general: «El negligente no alcanza presa, pero el hombre diligente obtendrá preciosa riqueza».
Por último, jôn quiere decir «basta» (solo en Prov. 30:15-16 RVA): «La sanguijuela tiene dos hijas: Dame y Dame. Tres cosas hay que nunca se sacian, y la cuarta nunca dice: «¡Basta!» El Seol, la matriz estéril, la tierra que no se sacia de agua y el fuego que jamás dice: «¡Basta!»»