REDIMIR

A - Verbos

ga˒al (1350, גָָאל), «redimir, liberar, vengar, asumir responsabilidad de pariente». Este grupo semántico se usa unas 90 veces, sobre todo en el Pentateuco, Salmos, Isaías y Rut. La raíz parece ser casi exclusivamente hebrea, ya que el único cognado que se conoce es un nombre propio amorreo.

La primera cita en que se encuentra go˒el es Gén. 48:16 (RVA): «El Ángel que me redime [Jacob] de todo mal»; en este caso «redimir» quiere decir «liberar». Se usa básicamente para referirse a la liberación de personas y propiedades vendidas para cancelar deudas, como se puede ver en Lev. 25:25 (RVA): «Si tu hermano se empobrece y vende algo de su posesión, vendrá su pariente más cercano y rescatará lo que su hermano haya vendido». Si consigue los recursos para hacerlo, la misma persona puede efectuar la «redención» (Lev. 25:26). Por otro lado, un hombre empobrecido puede venderse a sí mismo a otro israelita (Lev. 25:39) o a algún extranjero que morase en Israel (Lev. 25:47). Quien tenía la responsabilidad de «redimir» era el pariente más cercano: hermano, tío, primo o el pariente varón más próximo (Lev. 25:25, 48-49). La persona (pariente) que «redimía» al que estaba en dificultades económicas se conocía como «pariente redentor». Esta es la idea implícita en Rut 2:20. En Deut. 19:6 el redentor lleva el nombre de «vengador de la sangre» o «vengador» y tenía la responsabilidad de ejecutar al homicida de su pariente. El verbo aparece 12 veces con este significado (p. ej., Núm. 35:12, 19, 21, 24, 27).

En el libro de Rut encontramos una hermosa narración acerca del «pariente redentor». Su responsabilidad se resume en Rut 4:5 (RVA): «El mismo día que adquieras el campo de manos de Noemí, deberás también adquirir a Rut la moabita, mujer del difunto, para restaurar el nombre del difunto a su heredad». O sea que el «pariente redentor» tenía la responsabilidad de preservar la integridad, vida, propiedad y nombre de familia de su pariente cercano, y estar presto a ajusticiar a su homicida.

La mayoría de los casos en este grupo semántico se refieren a Dios que prometió: «Yo soy Jehová… Os redimiré con brazo extendido y con grandes actos justicieros» (Éx. 6:6 RVA; cf. Sal. 77:15). Israel confiesa: «En tu misericordia guías a este pueblo que has redimido» (Éx. 15:13 RVA). «Se acordaron de que Dios es su Roca; de que el Dios Altísimo es su Redentor» (Sal. 78:35 RVA).

El libro de Isaías, entre los capítulos 41-63, usa el término «redentor» en relación a Dios 13 veces; 9 de ellos son traducciones de go˒el. El primer ejemplo se encuentra en 43:1 (RVA): «No temas, porque yo te he redimido. Te he llamado por tu nombre; tú eres mío». El término que se usa en relación a la liberación de Egipto es go˒el (51:10; 63:9) y también en cuanto al cautiverio babilónico (48:20; 52:3, 9; 62:12). «El Santo de Israel es tu Redentor» (41:14), el «Creador de Israel, vuestro Rey» (43:14-15), «Jehová de los ejércitos» (44:6) y «el Fuerte de Jacob» (49:26). Los que tienen su salvación son «los redimidos» (35:9).

El libro de Salmos a menudo coloca la redención espiritual en relación paralela con la redención física. Por ejemplo: «Acércate a mi alma y redímela; líbrame a causa de mis enemigos» (Sal. 69:18). «Bendice, oh alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios… el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y de misericordia» (Sal. 103:2, 4).

padah (6299, פדָָה), «redimir, pagar rescate». Originalmente, el significado de este vocablo coincidía en parte con el de kapar; ambos tuvieron que ver con «pagar rescate». Sin embargo, las aplicaciones teológicas de estos términos comenzaron a desarrollarse en diferentes direcciones, a tal grado que en la mayoría de los casos son solo sinónimos en un sentido muy amplio.

Padah indica la acción interventora o sustitutiva que logra liberar a alguna persona de una situación desagradable. En circunstancias más seculares, mediaría la entrega de algún valor. No obstante esto, 1 Sam. 14:45 (RVA) indica que el dinero no es intrínseco al uso de esta palabra; Saúl se empecina en ejecutar a Jonatán por su transgresión involuntaria, mas «el pueblo libró a Jonatán, y este no murió». Una de las condiciones que exigen «rescate» es la esclavitud (Éx. 21:8; Lev. 19:20).

El vocablo está relacionado con las leyes de primogenitura. Para que no olvidaran que cuando todos los primogénitos de Egipto murieron, los de Israel se salvaron, Dios exigió su derecho sobre la vida de los primogénitos de Israel, tanto de varones como de ganado. Estos últimos a menudo se sacrificaban, pero «rescato a todo primogénito de mis hijos» (Éx. 13:15 RVA). La tribu de Leví se apartó para servicio litúrgico aceptable a Dios en lugar de todos los primogénitos de Israel (Núm. 3:40ss). A pesar de esto, los varones israelitas aún necesitaban que se les «redimiesen» (padah) de este servicio pagando una cantidad designada de «dinero del rescate» (Núm. 3:44-51).

Cuando Dios es el sujeto de padah, el vocablo resalta su completa y soberana libertad de rescatar (liberar) a seres humanos. Algunas veces se dice que Dios «redime» a individuos (Abraham, Isa. 29:22; David, 1 Reyes 1:29; y a menudo en el salterio, p. ej., 26:11; 21:5; 71:23), aunque generalmente es Israel, el pueblo elegido, quien se beneficia de su «redención». Algunas veces la redención o liberación se proclama en términos absolutos (2 Sam. 7:23; Sal. 44:26; Oseas 7:13); y el «rescate» tiene que ver con una opresión concreta. En otros casos, la alusión es menos específica (o más genérica), por ejemplo: «tribulaciones» (Sal. 25:22) y «los malos» (Jer. 15:21). Solo en un caso se usa padah para hablar de liberación de pecado o iniquidad: «Él redimirá a Israel de todos sus pecados» (Sal. 130:8 RVA).

kapar (3722, כפַַר), «redimir, propiciar, expiar». Kapar tiene una gama de significados seculares y no teológicos paralelos a padah. Sin embargo, kapar adquirió un significado técnico dentro de los ritos judíos. Al nivel más básico de significado, kapar denota una transacción material o un «rescate».

A veces el hombre es el sujeto de kapar. En 2 Sam. 21:3, David pregunta a los gabaonitas: «¿Qué debo hacer por vosotros? ¿Y cómo haré restitución para que bendigáis la heredad del Señor?» (LBA). Por respuesta, los gabaonitas piden que ahorquen a siete de los hijos de Saúl en compensación. En Éx. 32:30 (RVA), Moisés asciende al monte por tercera vez para «hacer expiación» por los pecados del pueblo (aunque no se explica, al parecer es solo mediante su intercesión). En Isa. 27:9 (RV) se habla de «purgar» la culpa de Israel a través de la destrucción de objetos idolátricos. En Núm. 25:13 se dice que Finees «hizo expiación por los hijos de Israel» cuando alanceó los cuerpos de una pareja participante de un culto orgiástico a Baal-peor.

A menudo, Dios es el sujeto de kapar, también en sentido genérico. En 2 Cr. 30:18, Ezequías pide a Dios que «perdone» a quienes no estaban ritualmente purificados para la Pascua. Al final de su cántico, Moisés alaba al Señor porque «hará expiación por su tierra y su pueblo» (Deut. 32:43 LBA). Otros casos similares en que el término se usa en forma general se encuentran en Sal. 65:3; 78:38; y Dan. 9:24. Jeremías se vale de kapar una vez para orar amargamente para que Dios no «perdone» a quienes traman matarlo (Jer. 18:23); en Sal. 79:9 el término significa «purgar» el pecado.

Con mayor frecuencia kapar se relaciona con ciertos ritos y el sujeto inmediato es un sacerdote. Toda clase de ritos sacrificiales se entiende en términos de kapar. Se denomina kapar a la acción de los sacerdotes cuando untan sangre sobre el altar durante las «ofrendas por el pecado» (jatta˒t) llamadas «propiciación» (Éx. 29:36-37; Lev. 4:20, 31; 10:17; Núm. 28:22; 29:5; Neh. 10:33). No se resalta tanto el uso de sangre en los sacrificios, aunque la relación con la «propiciación» sigue en pie, sobre todo con la «ofrenda por la culpa» (Lev. 5:16, 18; 6:7; 7:7; 14:21; 19:22; Núm. 5:8). El principio se mantiene aún cuando los pobres, que no pueden ofrecer un animal o un ave, sacrifican un poco de harina: un caso donde queda claro que no media sangre (Lev. 5:11-13). «Propiciar» (kapar) es también el propósito del «holocausto» (Lev. 1:4; Núm. 15:25). El único tipo de sacrificio mayor que no se considera una «propiciación» en Levítico es la «ofrenda de grano» (minjah) en Lev. 2, aunque Ezeq. 45:15, 17 sí lo incluye dentro de esta categoría. En 1 Cr. 6:49 se aplica el concepto al ministerio sacerdotal en general. Cada año la relación entre los diversos ritos y kapar llegaba a un clímax en el Día de Expiación (Yom Kippur), descrita en detalles en Lev. 16.

En diferentes versiones, kapar se traduce «propiciar» o «rescatar», ambos términos neutros. También se usa «expiar» que es en parte sinónimo de «propiciar». En cualquier sacrificio, la acción se dirige hacia Dios (propiciaci̊n) y hacia la ofensa (expiaci̊n). «Expiar», «propiciar» y también «perdonar» (cuando se relacionan con sacrificios) tienen a Dios como sujeto primario, mientras que «propiciación» se dirige a Dios como complemento del verbo.

Todos los sacrificios del mundo nunca podrían satisfacer la justicia de Dios (p. ej., Miq. 6:7; Sal. 50:7-15). Por lo tanto, solo Él mismo puede brindar una propiciación y expiación por el pecado que aplaque su ira. Un Dios justo no puede ser ni implacable ni caprichoso, por eso Él mismo ofrece el «rescate» o sacrificio sustitutivo que le satisface. El sacerdote está delante del altar en lugar de Dios cuando presenta el sacrificio requerido; en otros términos, sacrificar no es esencialmente una acción humana, sino más bien divina: es la acción de un Dios misericordioso y perdonador.

B - Nombre

geullah (1353, גְאֻלָָה), «derecho a redención». Este vocablo tiene que ver con la liberación de personas y de propiedades vendidas para cancelar deudas. La ley garantizaba el «derecho de redención» de tierras y personas (Lev. 25:24, 48). El precio de redención se determinaba según el número de años que restaban antes del año del jubileo y de la liberación de las deudas (Lev. 25:27-28). El término geullah también aparece en Jer. 32:7 (RVA): «He aquí que Hanameel, hijo de tu tío Salum, viene a ti para decir: Compra mi campo que está en Anatot, porque tuyo es el derecho de redención para adquirirlo».

El nombre que se deriva de padah es pedût. Se encuentra unas 5 veces y quiere decir «rescate o redención»: «Ha enviado redención a su pueblo; para siempre ha ordenado su pacto» (Sal. 111:9 RVA).

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