PROBAR

A - Verbo

tsarap (6884, צָרַַף), «refinar, probar, comprobar, fundir». Esta raíz, cuyo significado básico es fundir y refinar, fuera del Antiguo Testamento se halla en acádico, fenicio y siríaco. En arábigo, un adjetivo que quiere decir «puro y sin diluir», describe la calidad del vino. Tsarap ha mantenido el significado de «refinar» en hebreo rabínico y moderno, aunque ha perdido el significado básico de «fundir» en hebreo moderno.

El verbo aparece menos de 35 veces en el Antiguo Testamento, sobre todo en los profetas y en los salmos. Se encuentra por primera vez en la historia de Gedeón, cuando se «probaron» 10.000 personas y solo 300 se escogieron para pelear al lado de Gedeón contra los madianitas: «Pero Jehovah dijo a Gedeón: El pueblo aún es demasiado numeroso. Hazlos descender a las aguas y allí te los probaré» (Jueces 7:4 RVA). El significado en este contexto es «comprobar» quiénes están aptos para la batalla. El único otro ejemplo del verbo en Jueces equivale al nombre «herrero» en castellano o, mejor dicho, platero (17:4) en este caso. Jeremías describe el proceso de fundir y refinar: «El fuelle sopla, y el plomo es consumido por el fuego. En vano se esfuerza el fundidor, pues los malos no se desprenden» (Jer. 6:29 RVA); cuando el proceso de refinar la plata falla, se rechaza el producto (Jer. 6:30). El proceso (fundir) y el resultado (refinar) a menudo se toman juntos. Tal es así que en el lenguaje bíblico es difícil separarlos: O sea, la labor del platero u orfebre involucra fundir, refinar y trabajar los metales refinados hasta obtener el producto final: «El artífice [«escultor» RVA] prepara la imagen de talla, el platero le extiende el oro, y le funde cadenas de plata» (Isa. 40:19 RVR, NRV). El escultor alisa con martillo y yunque delgadas láminas de oro con las que enchapa el molde (Isa. 41:7).

Tsarap también se usa metafóricamente con el sentido de «refinar a través del sufrimiento». El salmista describe la experiencia de Israel de la siguiente manera: «Tú nos has probado, oh Dios; nos has purificado como se prueba la plata. Nos… pusiste apretura sobre nuestros lomos… Pasamos por el fuego y por el agua, pero luego nos sacaste a abundancia» (Sal. 66:10-12 RVA). El juicio de Dios se describe también como un proceso de refinamiento: «Limpiaré hasta lo más puro tus escorias, y quitaré toda tu impureza [«estaño» RV]» (Isa. 1:25 RVR). Los que se purifican son los que invocaron el nombre del Señor y reciben por gracia los beneficios del pacto (Zac. 13:9). La venida del mensajero del pacto (Jesucristo) se compara con la labor de un herrero: «¿Quién podrá resistir el día de su venida? o ¿quién podrá mantenerse en pie cuando Él se manifieste? Porque Él es como fuego purificador… Él se sentará para afinar y purificar la plata, porque purificará a los hijos de Leví. Los afinará como a oro y como a plata» (Mal. 3:2-3 RVA). El creyente puede hallar consolación en la Palabra de Dios que es lo único en la tierra que se ha probado y purificado con fuego y que nos puede purificar: «Sumamente pura [«acendrada» BJ; «acrisolada» NBE] es tu palabra [«ha superado demasiadas pruebas» NVI]; y la ama tu siervo» (Sal. 119:140 RVR; cf. Sal. 18:30; Prov. 30:5).

Tsarap tiene las siguientes traducciones en la Septuaginta: purao («quemar al rojo vivo»), jrusoo («dorar; enchapar con oro»).

B - Nombres

Hay dos nombres derivados del verbo tsarap que raras veces aparecen. Tsorpî se encuentra una vez y con la acepción de «orfebre» (Neh. 3:31). Matsrep aparece dos veces con el significado de «crisol»: «El crisol para la plata, y la hornaza para el oro: Pero Jehová prueba los corazones» (Prov. 17:3; cf. Prov. 27:21).

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