PARTIR, SALIR
A - Verbos
nasa˓ (5265, נסַַע), «viajar, partir, emprender, marchar». Este vocablo se encuentra a lo largo del desarrollo de la lengua hebrea y también en antiguo acádico. En la Biblia hebrea el término se usa casi 150 veces. El primer caso es en Gén. 11:2, donde nasa˓ tiene que ver con la «migración» de pueblos a la región de Babilonia. Tal vez sea el término más común en el Antiguo Testamento para referirse al ir y venir de tribus y familias. Por cierto que el vocablo se usa casi 90 veces solamente en Números, ya que este libro registra la «marcha» del pueblo de Israel desde el Sinaí a Canaán.
En Isa. 33:20 encontramos el significado básico del término: «arrancar» estacas al prepararse para «mudar» las tiendas y pertenencias a otro lugar; por eso el vocablo se presta a la acepción general de «viajar». Sansón «arrancó» las puertas con sus pilares de una ciudad (Jueces 16:3) y «arrancó» la estaca de un telar (16:14). Nasa˓ es el término usado para describir el «avance» del ángel de Dios y de la columna de nube que se interpusieron entre Israel y los perseguidores egipcios junto al Mar de Juncos (yam suf; Éx. 14:19; 15.4; «mar de las Cañas» BJ; «Mar Rojo» RVR). En Núm. 11:31, el vocablo indica el «venir» del viento que envió el Señor con las codornices para alimentar a los israelitas en el desierto.
Como se puede percibir, nasa˓ se presta a una amplia gama de significados, según el contexto.
galah (1540, גָלָָה) «irse, marcharse, descubrir, revelar». Este verbo aparece en ugarítico, fenicio, arábico, arameo imperial, arameo bíblico y etiópico. Se constata en hebreo bíblico, durante todos los períodos, unas 190 veces. Algunos estudiosos dividen este verbo en dos homónimos (dos palabras diferentes que se escriben de la misma forma). Si se acepta esta tesis, galah (1) se encuentra unas 112 veces y galah (2) unas 75 veces. Otros estudiosos consideran que se trata de un solo verbo con dos énfasis: intransitivo y transitivo. Esta opción nos parece la más probable.
En la forma intransitiva, galah significa «partir» o «irse, marcharse». Esta acepción aparece claramente en 1 Sam. 4:21: «Y llamó al niño Icabod, diciendo: ¡Se ha ido la gloria de Israel!» (LBA; «se ha apartado» RVA; «ha sido desterrada» NRV). Se podría, entonces, traducir Isa. 24:11 de la siguiente manera: «Ha partido [«se desterró» RVR] la alegría de la tierra». Un uso especializado de esta acepción del verbo es «desterrar». Este es el matiz del término la primera vez que se usa (Jueces 18:30 RVA): «Los hijos de Dan erigieron para sí la imagen tallada; y Jonatán… y sus hijos fueron sacerdotes de la tribu de Dan hasta el tiempo de la cautividad de la tierra», o hasta que perdieron control de la tierra y los obligaron a servir otros dioses.
El cautiverio más conocido en la Biblia lo inició Dios mediante los reyes de Asiria y Babilonia (1 Cr. 5:26; cf. Jer. 29:1). Aunque galah no se usa propiamente en la Ley Mosaica, la idea está muy presente: «Si no cuidas de poner por obra todas las palabras de esta ley, escritas en este libro, temiendo este nombre grande y temible, Jehovah tu Dios… Seréis arrancados de la tierra en la cual entráis para tomarla en posesión. Jehovah te esparcirá entre todos los pueblos» (Deut. 28:58, 63-64 RVA; cf. Lev. 26:27, 33). El mismo vocablo se puede usar para indicar el «destierro de individuos», como David (2 Sam. 15:19).
Este término también puede significar «descubrirse» o «desnudarse». Noé «bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda» (Gén. 9:21).
La forma transitiva del verbo es menos frecuente, aunque tiene una mayor variedad de acepciones. «Descubrir» a una persona puede significar «tener relaciones sexuales»: «Ningún hombre se acerque a una mujer que sea su parienta cercana para descubrir su desnudez. Yo, Jehová» (Lev. 18:6 RVA). Descubrir la desnudez de alguien no siempre se refiere a relaciones sexuales (cf. Éx. 20:26). Otra frase, «descubrir el manto» (RVA), también se refiere a tener relaciones sexuales (Deut. 22:30).
En Isa. 16:3, galah (en su raíz intensiva) significa «traicionar»: «Esconde a los desterrados, no entregues al fugitivo» (LBA). El mismo verbo tiene el sentido de «descubrir» alguna cosa, o sea, hacerla visible: «Quedaron al descubierto los cimientos del mundo; a la reprensión de Jehová» (2 Sam. 22:16). Con un sentido similar, Ezeq. 23:18 habla de «descubrir» o «exponer» una vida prostituida.
Cuando Dios «se descubre» es porque se «revela» a sí mismo (Gén. 35:7). «Revelar al oído» de una persona es decirle algo: «Un día antes que llegase Saúl, Jehová le había revelado al oído [lit. «descubierto el oído»] a Samuel» (1 Sam. 9:15 RVA). En este caso, el significado del verbo no es tanto «decir» como «informar a alguien acerca de algo que no se sabía». Cuando se usa en este sentido, galah indica «revelación» de secretos (Prov. 11:13), aun de los sentimientos más íntimos. Por eso, Jer. 11:20 debe traducirse: «Ante ti he expuesto mi causa».
En la misma línea, galah puede referirse al acto de «dar a conocer» ampliamente, o «promulgar»: «Una copia del documento debía ser promulgada como ley en cada provincia y debía ser proclamada a todos los pueblos, a fin de que estuviesen preparados para aquel día» (Est. 3:14 RVA). Encontramos otro matiz en Jer. 32:11, donde galah, refiriéndose a una escritura de compra, significa «copia abierta» no sellada.
B - Nombre
gôlah (1473, גולָָח), «cautiverio, destierro, pueblo en cautiverio». Este vocablo aparece 42 veces en el Antiguo Testamento. En Esd. 2:1 se usa con el sentido de «pueblo que regresa del cautiverio». En otras citas, el nombre significa «pueblo en cautiverio» (2 Reyes 24:15). En 1 Cr. 5:22, gôlah se refiere al período del «cautiverio».