NECESITADO

A - Nombre

˒ebyôn (34, אֶבְְיון), «(persona) necesitada». Este vocablo solo se encuentra en ugarítico y etiópico. Se constatan unos 60 casos del término en todos los períodos del hebreo bíblico (33 solamente en Salmos).

El nombre se refiere en primer lugar a una persona que está materialmente pobre. Puede ser que haya perdido la tierra de su heredad: «Pero el séptimo año la dejarás descansar, sin cultivar, para que coman los pobres de tu pueblo, y de lo que ellos dejen, coman las bestias del campo» (Éx. 23:11 LBA). Tal vez le hayan sobrevenido tiempos difíciles (Job 30:25) y quizá le haga falta ropa (Job 31:19) o alimento (Sal. 132:15).

Segundo, ˒ebyôn puede referirse a personas sin posición social y que, por tanto, necesitan protección. Este es el énfasis la primera vez que aparece el término. Dios garantiza su protección a los que se encuentran en una situación como esta: «No pervertirás el derecho del necesitado en su pleito» (Éx. 23:6). El justo defiende a los necesitados e indefensos: «Era un padre para los necesitados, e investigaba la causa que no conocía» (Job 19:26 RVA; cf. Prov. 31:9; Rom. 3:14-15). Encontramos previsiones divinas en la Ley Mosaica, tal como devolución de tierras hereditarias (Éx. 23:11), cancelación de deudas (Deut. 15:4) y previsión de préstamos para los necesitados (Deut. 15:7, 9, 11).

Tercero, el nombre a veces describe la condición espiritual del hombre ante Dios: «Así dice el Señor: Por tres transgresiones de Israel, y por cuatro, no revocaré su castigo, porque venden al justo por dinero y al necesitado por un par de sandalias» (Amós 2:6 LBA). En esta cita ˒ebyôn es un paralelismo sinónimo de «justo» o describe una cualidad moral.

B - Verbo

˒abah (14, אבה), «acceder, aceptar, consentir». Este verbo, que aparece unas 52 veces y durante todas las épocas del hebreo bíblico, a veces se asocia con el nombre ˒ebyôn, persona «necesitada». El mismo radical aparece en acádico («desear»), arábigo («rehusar»), arameo («querer») y egipcio («desear»). En Deut. 13:8 (RVA) el verbo significa «consentir»: «No le consientas ni le escuches».

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