MEDITAR
hagah (1897, הָגָָה), «meditar; gemir; llorar, rugir; pronunciar; hablar». El vocablo es común tanto en hebreo antiguo como moderno. Propio únicamente al Antiguo Testamento hebreo, parece ser un término onomatopéyico que refleja los suspiros y murmullos que los antiguos hacían cuando meditaban. Este es el significado que se encuentra en el primer caso del verbo: «Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche» (Jos. 1:8 LBA). Tal vez la cita más famosa sobre «meditar» sobre la Ley de día y de noche sea Sal. 1:2.
Hagah también expresa el «rugido» de leones (Isa. 31:4) y el «lamento» de palomas (Isa. 38:14). Cuando el vocablo se usa con el significado de «lamentar» o «llorar», al parecer tiene que ver con los sonidos quejumbrosos del antiguo lamento semítico, como se puede ver en el siguiente paralelismo: «Por tanto, yo aullaré sobre Moab; sobre todo Moab haré clamor, y sobre los hombres de Kir-hares gemiré» (Jer. 48:31). Prov. 24:1-2 parece referirse a «mascullar», hablar entre dientes al hacer ejercicio mental o planificar: «No tengas envidia de los hombres malos… porque su corazón piensa en robar, e iniquidad hablan [mascullan] sus labios».