LIBRO
seper (5612, סֶפֶֶר), «libro; documento; escritura». Seper parece ser prestado del término acádico sipru («mensaje escrito, documento»). El vocablo aparece 187 veces en el Antiguo Testamento hebreo, y el primer caso está en Gén. 5:1: «Este es el libro de los descendientes de Adán: Cuando Dios creó al hombre, lo hizo a semejanza de Dios» (RVA). A excepción de Deuteronomio (11 veces), hay muy pocos ejemplos del término en el Pentateuco. Es más frecuente en los libros históricos tardíos (Reyes 60 veces, pero en Crónicas 24 veces; cf. Est. 11 veces y Neh. 9 veces).
La traducción más común de seper es «libro». Un manuscrito se escribe (Éx. 32:32; Deut. 17:18) y se sella (Isa. 29:11) para que lo lea el destinatario (2 Reyes 22:16). El sentido de seper es semejante al de «rollo o pergamino» (megillah): «Entra tú pues, y lee de este rollo que escribiste de mi boca, las palabras de Jehová a los oídos del pueblo, en la casa de Jehová, el día del ayuno; y las leerás también a oídos de todos los de Judá que vienen de sus ciudades» (Jer. 36:6). Seper está también estrechamente relacionado con sipra («libro»; Sal. 56:8).
Se mencionan muchos «libros» en el Antiguo Testamento: el «libro» de memorias (Mal. 3:16), «libro» de la vida (Sal. 69:28), «libro» de Jaser (Jos. 10:13), «libro» de las generaciones (Gén. 5:1), «libro» del Señor, «libro» de las crónicas de los reyes de Israel y Judá, y las anotaciones del «libro» de los reyes (2 Cr. 24:27). Los profetas escribieron «libros» mientras vivieron. La profecía de Nahum comienza con la siguiente introducción: «La profecía acerca de Nínive. Libro de la visión de Nahúm, de Elcós» (1:1 RVA).
Jeremías escribió varios «libros» además de su carta a los cautivos. Escribió un libro sobre los desastres que caerían sobre Jerusalén, pero el «libro» lo destruyó el rey Joacim (Jer. 36). En este contexto aprendemos algo del proceso de escribir un «libro». Jeremías dictó a Baruc, quien escribió con tinta sobre el rollo (36:18). Baruc llevó el libro a los judíos que fueron al templo a ayunar. Cuando confiscaron y quemaron el «libro», Jeremías escribió en otro rollo un «libro» con una fuerte condenación a Joacim y su familia: «Entonces Jeremías tomó otro rollo y lo dio al escriba Baruc hijo de Nerías. Este escribió en él, al dictado de Jeremías, todas las cosas del libro que Joacim rey de Judá había quemado en el fuego; y además, fueron añadidas muchas otras palabras semejantes» (Jer. 36:32).
Ezequiel recibió la orden de comer un «libro» (Ezeq. 2:8; 3:1) como un acto simbólico del juicio de Dios sobre Judá y su restauración.
Seper puede también significar «carta». El profeta Jeremías escribió una carta a los cautivos en Babilonia, indicando que debían acomodarse, pues permanecerían allí 70 años: «Estas son las palabras de la carta que el profeta Jeremías envió de Jerusalén al resto de los ancianos de la cautividad, a los sacerdotes, a los profetas y a todo el pueblo, que Nabucodonosor había llevado cautivo de Jerusalén a Babilonia» (Jer. 29:1 RVA).
Es variado el contenido de un seper. Podría contener una orden escrita, una comisión, una solicitud o un decreto, como en la siguiente cita: «Mardoqueo escribió las cartas [seper] en el nombre del rey Asuero, las selló con el anillo del rey y las envió por medio de mensajeros a caballo, que cabalgaban los veloces corceles de las caballerizas reales» (Est. 8:10 RVA). Si divorciaba a su mujer, un hombre le presentaba un documento legal conocido como seper de divorcio (Deut. 24:1). Aquí seper significa «certificado»o «documento legal».A algunos otros documentos legales también se les podria llamar seper. Como documento legal, el seper podía publicarse o bien esconderse hasta un tiempo más apropiado: «Así ha dicho Jehová de los Ejércitos, Dios de Israel: Toma estos documentos (el documento de compra sellado y la copia abierta), y ponlos en una vasija de cerámica para que se conserven por mucho tiempo» (Jer. 32:14 RVA).
La Septuaginta ofrece las siguientes traducciones: biblion («rollo») y gramma («carta; documento; escritura; libro»).