EXPIAR, PROPICIAR

A - Verbo

kapar (3722, כָפַַר), «cubrir, expiar, propiciar, pacificar». Esta raíz se encuentra en todos los períodos de la historia del lenguaje hebreo. Tal vez lo conocemos mejor por el término Yôm Kippur, «Día de Expiación». Las modalidades verbales aparecen unas 100 veces en la Biblia hebraica. Kapar se encuentra primero en Gén. 6:14, donde se usa en su sentido básico de «cubrir». Dios da a Noé instrucciones, concernientes al arca, entre otras: «Cúbrela con brea por dentro y por fuera» (RVA; «la embetunarás» RV; «calafatearás» RVR, LBA).

Con todo, la mayoría de las veces el vocablo se usa en el sentido teológico de «cubrir», a menudo con la sangre del holocausto con el fin de expiar algún pecado. No queda bien claro si este «encubrimiento» esconde el pecado de la vista de Dios o si implica que, en este proceso, el se limpia el pecado.

Como era de esperarse, el término aparece con mayor frecuencia en Levítico que en cualquier otro libro, puesto que este texto trata de los sacrificios rituales que se hacían para expiar el pecado. Por ejemplo, Lev. 4:13-21 ordena traer un novillo a la tienda de reunión como una ofrenda por el pecado. Después que los ancianos colocaban sus manos sobre el animal (para transferirle los pecados del pueblo), el novillo se sacrificaba. El sacerdote entonces introducía una parte de la sangre del novillo a la tienda de reunión y lo rociaba siete veces delante del velo. Otra porción de sangre se ponía sobre los cuernos del altar y el resto se derramaba al pie del altar de sacrificios. La grosura del toro se quemaba en el altar y el novillo debía quemarse fuera del campamento. Mediante este ritual «el sacerdote hará expiación [kapar] por ellos, y serán perdonados» (Lev. 4:20 RVA).

El término «expiación» se encuentra al menos 16 veces en Lev. 16, el gran capítulo sobre el Día de Expiación. Antes que todo, el sumo sacerdote «hacía expiación» por los pecados suyos y de su familia sacrificando un novillo. Después, se echaba suertes sobre dos machos cabríos, uno de ellos se enviaba al desierto como expiación (v. 10) y el otro se sacrificaba y su sangre se rociaba sobre el propiciatorio para la expiación del pueblo (vv. 15-20). El Día de Expiación se celebraba una sola vez al año. Únicamente en ese día podía el sumo sacerdote entrar en el Lugar Santísimo del tabernáculo o templo en representación del pueblo de Israel y hacer propiciación por ellos.

A veces la propiciación por el pecado se hacía sin ofrenda de sangre o separadamente. Durante el llamado de Isaías en una visión, sus labios recibieron el toque de una brasa ardiente que uno de los serafines tomó del altar. Con esto, se le dijo: «Tu pecado está expiado [kapar]» (Isa. 6:7 BJ; «limpio», NRV; «borrado» BLA; «quitado» LVP; «perdonado» RVA). En otro pasaje de las Escrituras dice que que la culpa o iniquidad de Israel sería «purgada» (RV) por la destrucción de los instrumentos de culto a los ídolos (Isa. 27:9). Las versiones BJ y NBE traducen kapar aquí como «expiar», mientras que la RVA, RV-95 y LBA lo traducen «perdonar».

B - Nombre

kapporet (3727, כַפֹרֶֶת), «propiciatorio; trono de gracia». Esta forma sustantiva de kapar se ha traducido en castellano principalmente como «propiciatorio» (cf. RV en sus diferentes revisiones; LBA) y en la mayoría de las versiones católicas (BBC, BNC, SBH, BJ, NBE), aunque también como «lugar del Perdón» (BLA) y «Lugar Santísimo» (LVP). En las versiones en inglés se usa «trono de gracia», «cubierta», «tapa». Se refiere a una plancha o cubierta de oro que reposaba encima del arca del testimonio. De pie y frente a frente sobre la tapa del arca (propiciatorio) había dos querubines. La plancha de oro representaba el trono de Dios y simbolizaba su presencia real en el recinto sagrado. En el Día de Expiación, el sumo sacerdote rociaba sobre el propiciatorio la sangre del holocausto por los pecados, quizás como símbolo de la aceptación del sacrificio por Dios. De ahí que el kapporet era el punto neurálgico donde Israel, mediante su sumo sacerdote, podía entrar en la presencia de Dios.

Es más, el propio templo se distinguía de los corredores y otras estructuras adjuntas a través del nombre «lugar del trono de gracia» (kapporet) (cf. 1 Cr. 28:11). La Septuaginta traduce kapporet como hilasterion («propiciatorio»).

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