VOZ

qôl (6963, קול), «voz; sonido; ruido». Este vocablo también se encuentra en ugarítico («sonido»), acádico («llamar»), arábigo («decir») y fenicio, etiópico y antiguo arábigo meridional («voz»). Qôl aparece unas 506 veces en la Biblia y durante todos los períodos.

La primera acepción de la palabra denota el «sonido» que producen las cuerdas vocales. Incluye la voz humana: «Nunca hubo un día semejante, ni antes ni después de aquel día, cuando Jehovah escuchó la voz de un hombre; porque Jehovah combatía por Israel» (Jos. 10:14 RVA). También incluye los sonidos vocales de los animales: «Samuel entonces dijo: ¿Pues qué balido de ovejas y bramido de vacas es este que yo oigo con mis oídos?» (1 Sam. 15:14). Por lo mismo, qôl se usa con referencia a la «voz» de objetos inanimados personificados: «Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra» (Gén. 4:10).

El segundo significado, «sonido» o «ruido», se encuentra sobre todo en pasajes poéticos e incluye una gran variedad de «ruidos y sonidos», como el «ruido» de batalla: «Cuando oyó Josué el clamor del pueblo que gritaba, dijo a Moisés: Alarido de pelea hay en el campamento» (Éx. 32:17). Se usa con relación al «sonido» de palabras (Deut. 1:34), de agua (Ezeq. 1:24), de llanto (Isa. 65:19) y de truenos (Éx. 9:23).

El vocablo puede también indicar el contenido de lo que se dice: «Entonces dijo a Adán: Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer y has comido del árbol del cual te ordené» (Gén. 3:17 LBA). En un matiz más amplio qôl significa este contenido en forma escrita: «Entonces les escribió una segunda carta diciendo: Si estáis de mi parte y obedecéis mi voz» (2 Reyes 10:6 RVA).

Hay varias frases especiales relacionadas con qôl. «Dar grandes voces» quiere decir muchas cosas incluyendo pedir socorro (Gén. 39:14), lamentar alguna tragedia actual o anticipada (Gén. 21:16) y el «sonido» de desastre (Núm. 16:34) o gozo (Gén. 29:11).

«Oid la voz» significa cosas como escuchar a alguna información y creer en ella (Gén. 4:23 LBA), seguir las instrucciones de otros (Gén. 3:17), acceder al pedido de alguien (Gén. 21:12), obedecer alguna orden (Gén. 22:18) y responder a alguna oración (2 Sam. 22:7).

Desde el punto de vista teológico, el término es sumamente importante en contextos proféticos. La «voz» del profeta es la «voz» de Dios (Éx. 3:18; cf. 7:1; Deut. 18:18-19). La «voz» de Dios a veces retumba como un trueno (Éx. 9:23, 29) o suena como un «silbo apacible y delicado» (1 Reyes 9:12). El trueno era una demostración del tremendo poder de Dios que causaba temor y sumisión. En el contexto del pacto o alianza, Dios estipula que su «voz», que retumba como trueno y es también un mensaje profético, tiene autoridad y produce bendición cuando se obedece (Éx. 19:5; 1 Sam. 12:14-18). El «sonido» de la trompeta fue señal del poder (Jos. 6:5) y de la presencia de Dios (2 Sam. 6:15).

Como dato interesante, el primer caso de qôl (Gén. 3:8) es un pasaje muy debatido. ¿Qué fue exactamente lo que Adán y Eva escucharon en el huerto? ¿Fueron los pasos de Dios (cf. 1 Reyes 14:6)?

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