SEPARAR
A - Verbos
parad (6504, פָרַַד), «dividir, separar». Esta palabra y sus derivados son comunes en hebreo antiguo y moderno. Se encuentra en el texto del Antiguo Testamento solamente unas 25 veces. Parad aparece por primera vez en Gén. 2:10: «Y salía de Edén un río… y de allí se repartía [dividía] en cuatro brazos [ramales]».
El vocablo a menudo expresa la idea de separación entre pueblos, a veces con hostilidad: «Sepárate de mí» (Gén. 13:9 RVA). Al parecer una separación recíproca está implicada en el nacimiento de Jacob y Esaú: «Dos naciones hay en tu seno, y dos pueblos que serán divididos desde tus entrañas» (Gén. 25:23). A veces la separación se debe a la situación económica: «Las riquezas traen muchos amigos; mas el pobre es apartado de su amigo» (Prov. 19:4). En términos generales, parad tiene más connotaciones negativas que positivas.
nazar (5144, נָזַַר), «separar, separarse». Este verbo aparece unas 10 veces en el Antiguo Testamento hebraico. La raíz nazar es un verbo semítico común. En acádico, nazaru, significaba «maldecir», pero en semítico occidental connotaba «dedicar». Los estudiosos de las lenguas semíticas a menudo relacionan el hebreo nazar con nadhar («hacer votos», «jurar»). «Separar» y «consagrar» no se distinguen entre sí en la literatura temprana del Antiguo Testamento. Por ejemplo, la primera vez que se usa nazar en el Pentateuco es en Lev. 15:31: «Así mantendréis a los hijos de Israel separados [«apartados» LBA] de sus impurezas, para que no mueran en sus impurezas por haber contaminado mi tabernáculo que está entre ellos» (RVA). Aquí Moisés usa el término en un sentido cúltico, refiriéndose a un tipo de «consagración». Al comparar varias traducciones modernas (sobre todo en inglés) se demostrará que nazar en Lev. 22:2 a veces se traduce «separar» y otras «dedicar». La RVA traduce el verso de la siguiente manera: «Di a Aarón y a sus hijos que traten con reverencia las cosas sagradas de los hijos de Israel, para que no profanen mi santo nombre en aquello que me han consagrado. Yo, Jehová».
En los días del profeta Zacarías, los judíos preguntan a Dios si debían continuar con cierto ayuno que habían adoptado voluntariamente. «Entonces enviaron a Sarezer, a Reguem-melec y a sus hombres a la casa de Dios para implorar el favor de Jehovah, y para hablar con los sacerdotes que estaban en la casa de Jehová de los Ejércitos y con los profetas, a fin de preguntarles: ¿Debo hacer duelo [«¿haremos abstinencia?» RV] en el mes quinto y ayunar, como he hecho desde hace algunos años?»» (Zac. 7:2-3 RVA). Dios responde que el ayuno ya no era necesario y por tanto no debían seguir haciéndolo. En la literatura profética, el verbo nazar indica que Israel se separa de Jehová para dedicarse a dioses ajenos o ídolos. En Oseas 9:10, las diferentes versiones discrepan entre sí sobre la traducción de nazar: «Como uvas en el desierto hallé a Israel; como la fruta temprana de la higuera en su principio vi a vuestros padres. Ellos acudieron a Baal-peor, y se apartaron [«consagraron» RVA, LBA, BJ y la mayoría de las versiones católicas] para vergüenza, y se hicieron abominables como aquello que amaron» (RVR; cf. NRV). El profeta Ezequiel usa nazar: «Porque cualquier hombre de la casa de Israel, y de los extranjeros que moran en Israel, que se hubiere apartado de andar en pos de mí, y hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y establecido delante de su rostro el tropiezo de su maldad, y viniere al profeta para preguntarle por mí, yo Jehová le responderé por mí mismo» (Ezeq. 14:7).
B - Nombre
nazîr (5139, נָזִִיר), «uno que se separa; nazareo». En el Antiguo Testamento se encuentran 16 casos de la palabra. El primer uso de nazîr se halla en Gén. 49:26: «Las bendiciones de tu padre… serán sobre la cabeza de José… que fue apartado [«nazareo» RV] de entre sus hermanos» (RVR; cf. Deut. 33:16). Algunos traductores de versiones modernas traducen nazîr en esta cita como «príncipe» (RVA). La BJ y LBA lo traducen como «consagrado» (cf. «escogido» LVP; «elegido» NBE, BLA, BPD, SBP). Esta traducción puede justificarse si se da por sentado que José fue separado de sus hermanos para ser el salvador de su padre y hermanos con sus familias.
Con mayor frecuencia en el uso veterotestamentario, nazîr, sirve para denominar a alguien que ha hecho votos de abstenerse de ciertas cosas por determinado período: «Estas son las instrucciones acerca del nazareo para el día en que se cumpla el plazo de su nazareato. Vendrá a la entrada del tabernáculo de reunión» (Núm. 6:13 RVA).
De acuerdo con Núm. 6, un laico de cualquier sexo podía hacer votos especiales de consagración al servicio de Dios por determinado tiempo. Por lo general, un «nazareo» hacía sus votos voluntariamente; no obstante, en el caso de Sansón (Jueces 13:5, 7) sus padres lo dedicaron para siempre. Se debate si este concepto de dedicarse al servicio de Dios era característico solamente de Israel. En Núm. 6:1-23 se establecen leyes prescriptivas respecto al nazareato. Habían dos clases de «nazareato»: temporal y los vitalicio. La primera clase era mucho más frecuente que la segunda. En la Biblia encontramos únicamente tres casos de nazareato perpetuo: Sansón, Samuel y Juan el Bautista.
Según la Mishnah, el período normal para cumplir con un voto «nazareo» era treinta días; aunque algunas veces se hacían dobles votos que duraban sesenta días. En ciertos casos, los votos se extendían hasta los cien días.
Durante el período de su voto, un «nazareo» debía abstenerse de vino y de cualquier otra bebida intoxicante. Se le prohibía además cortarse el cabello o acercarse a un cadáver, aunque fuese su pariente más cercano. Si un «nazareo» se contaminaba accidentalmente, debía someterse a ciertos ritos de purificación y luego repetir todo el período de consagración. El «nazareo» era «santo para el Señor» y llevaba su consagración sobre su frente como diadema.
En la literatura profética hay una sola mención de «nazareos»: el profeta Amós se queja de que el Señor había dado a Israel a los nazareos y profetas como sus guías espirituales, pero el pueblo dio «de beber vino a los nazareos y a los profetas mandasteis diciendo: ¡No profeticéis!» (Amós 2:11-12).
El Nuevo Testamento menciona a veces lo que parecen ser votos nazareos. Por ejemplo, Hec. 18:18 dice que Pablo zarpó con Priscila y Aquila en Cencrea, en donde «se rapó la cabeza, porque había hecho un voto» (cf. Hec. 21:23-24).