JURAR

shaba (7650, שבַע), «jurar; juramentar». Este es un término común a través de la historia de la lengua hebrea. El hecho de que aparezca más de 180 veces en la Biblia hebrea es testimonio de su importancia en las Escrituras. Shaba se encuentra por primera vez en la Biblia en Gén. 21:23-24 (LBA), donde Abimelec ruega a Abraham: «Júrame aquí por Dios que no obrarás falsamente conmigo, ni con mi descendencia… Y Abraham dijo: Yo lo juro».

A menudo «jurar o juramentar» indica la afirmación decidida de una promesa. De esta manera, Josué instruye a sus espías sobre Rahab en Jericó: «Entrad en la casa de la mujer prostituta, y sacad de allí a ella y todo lo que sea suyo, como se lo habéis jurado» (Jos. 6:22). David y Jonatán afirmaron la fuerza de su amor el uno hacia el otro mediante un juramento (1 Sam. 20:17). La lealtad a Dios se afirma mediante un juramento (Isa. 19:18). Sofonías condena a los sacerdotes idólatras «que se postran y juran por Jehová, y al mismo tiempo juran por Moloc» (Sof. 1:5 RVA). Cuando hace y mantiene sus promesas a los hombres, Dios a menudo «jura» por sí mismo: «Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré» (Gén. 22:16-17; cf. Isa. 45:23; Jer. 22:5). Dios también «jura» por su santidad (Amós 4:2).

La raíz hebrea de «jurar» y de «siete» es la misma. Puesto que siete en hebreo es el «número de la perfección», algunos conjeturan que «jurar» es, de alguna manera, «septuplicarse», o sea, atarse a sí mismo con siete cosas. Tal vez encontramos un paralelo de este uso del «siete» en las acciones de Sansón cuando se dejó amarrar con siete cuerdas frescas de arco (Jueces 16:7 RVA) y que le ataran siete mechones de su cabeza (Jueces 16:13 RVA). No obstante, la relación entre «jurar» y «siete» aún no es muy clara.

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