BEBER, DAR DE
shaqah (8248, שקה), «dar de beber, irrigar, regar». Este verbo se encuentra en acádico y ugarítico antiguo, al mismo tiempo que en el hebreo bíblico moderno y antiguo. El vocablo se encuentra generalmente en sentido causativo, mientras su contraparte mucho más común, satah, se usa primordialmente en su forma activa simple o sea «beber». La primera vez que aparece, shaqah expresa la idea de «irrigar» o «regar»: «Subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra» (Gén. 2:6). En vista del antecedente mesopotámico de este pasaje, tanto lingüístico como agrícola, el término hebreo para «bruma» tal vez esté relacionado con la idea de un canal o sistema de irrigación.
El clima seco en el Medio Oriente hace que shaqah sea un término muy importante, puesto que expresa el acto de «irrigar» o «regar» las cosechas (Deut. 11:10). Dios riega la tierra y causa que crezcan las plantas (Sal. 104:13-14). Metafóricamente, Él «riega» su viñedo, Israel (Isa. 27:3).
Un uso frecuente de shaqah expresa la idea de «dar agua de beber» a los animales (Gén. 24:14, 46; 29:2-3, 7-8, 10). A las personas se les ofrece una variedad de cosas para beber, como agua (Gén. 24:43), vino (Gén. 19:32; Amós 2:12), leche (Jueces 4:19) y vinagre (Sal. 69:21). A manera de símbolo del juicio divino se dice que Dios «nos ha dado a beber aguas envenenadas [«aguas de hiel» RVR]» (Jer. 8:14; 9:15; 23:15 RV95). Durante este período de juicio y luto Israel no recibiría «vaso de consolación» (Jer. 16:7).
Una persona sana es alguien cuyos huesos serían «regados» (literalmente «irrigados») de tuétano (Job 21:24).