ABANDONAR, DEJAR
˓azab (5800, עַזַַב), «dejar, abandonar, aplazar, renunciar, soltar». El vocablo aparece en acádico, en hebreo posbíblico y en arameo. Palabras semejantes aparecen en arábigo y etiópico. El vocablo figura en el hebreo bíblico unas 215 veces y durante todos los períodos.
Básicamente ˓azab significa «salir de algo» o «dejar». Este es el sentido del término la primera vez que aparece en la Biblia: «Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer» (Gén. 2:24). El vocablo adquiere particularmente el matiz de «dejar a alguien plantado», o dejar a alguien que depende de sus servicios. Es así como Moisés le dice a Hobab el madianita (ceneo): «Te ruego que no nos dejes [plantado]; porque tú conoces los lugares donde hemos de acampar en el desierto, y nos serás en lugar de ojos» (Núm. 10:31).
La palabra también implica «abandonar», o «dejar completamente», en ciertos pasajes que llevan implícito el sentido de finalizar, terminar, acabar. Por eso Isaías predicaría que «la tierra de los dos reyes que tú temes será abandonada» (Isa. 7:16). En otros pasajes el abandono es completo aunque no necesariamente permanente. Dios dice que llama a Israel «como a mujer abandonada y triste de espíritu… Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias» (Isa. 54:6-7). En acádico, la palabra encierra un significado técnico de «completa y permanentemente abandonada» o «divorciada». Isaías lo usa con el mismo sentido en Isa. 62:4: «Nunca más te llamarán Desamparada… sino que serás llamada [Mi deleite está en ella]… y tu tierra será desposada».
Otro uso especial del término es «no hacer caso»: «Pero él dejó el consejo que los ancianos le habían dado» (1 Reyes 12:8).
Un segundo énfasis de ˓azab es «abandonar», o sea, dejar algo mientras se sale de algún lugar. En Gén. 39:12, José «dejó» su ropa en las manos de la mujer de Potifar y huyó. La palabra también puede significar el acto intencional de «entregar lo que se posee al cuidado de otra persona» o «pasar alguna responsabilidad a otra persona». Potifar «dejó todo lo que tenía en mano de José» (Gén. 39:6).
El vocablo tiene un matiz un tanto diferente cuando significa «dejar solo a alguien o algo con un problema»: «Si vieres el asno del que te aborrece caído debajo de su carga, ¿le dejarás sin ayuda?» (Éx. 23:5). En forma figurativa ˓azab significa «apartarse de» en un sentido espiritual o intelectual: «Deja la ira, y desecha el enojo» (Sal. 37:8).
El tercer énfasis de la palabra es «apartar» o «tomar gran parte de algo y dejar de lado el resto»: «No rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y el extranjero lo dejarás [de lado]» (Lev. 19:10).
Finalmente, ˓azab puede significar «dejar», «soltar» o «liberar». Las personas «insensatas y necias» son las que no hacen provisión para el futuro; mueren y «dejan a otros sus riquezas» (Sal. 49:10). Rut 2:16 matiza el término en el sentido de «dejar caer [sobre el suelo]» algún objeto. ˓Azab puede significar «abandonar»: «Al que encubre sus faltas, no le saldrá bien: el que las confiesa y abandona [deja de lado], obtendrá piedad» (Prov. 28:13 BJ). En 2 Cr. 28:14 significa «liberar»: «El ejército dejó los cautivos y el botín delante de los príncipes y de toda la multitud». ˓Azab puede significar «soltar» o «hacer que se vaya». Hablando acerca del mal, Zofar observa: «[Al malvado] le parecía bien, y no lo dejaba, sino que lo detenía en su paladar» (Job 20:13).
˓Azab puede significar «dejar hacer», como en 2 Cr. 32:31; Dios «dejó» a Ezequías hacer lo que quería. O «quitar» o «eliminar» en el sentido de discontinuar una acción: «Quitémosle este gravamen» (Neh. 5:10).
En ciertas ocasiones ˓azab tiene la acepción técnica y jurídica de «ser libre», o sea, lo opuesto de estar en esclavitud. El Señor reivindicará a su pueblo y tendrá compasión de sus siervos «cuando viere que la fuerza pereció, y que no queda ni siervo ni libre» (Deut. 32:36).