Índice general
Romanos 1:16-32: Dios entregando a un estado réprobo
El Evangelio anuncia la ira de Dios y el poder de Dios en salvación
: Autor Bibliquest 6
1 - Lo que dice Romanos 1
En su presentación del Evangelio «poder de Dios para salvación a todo el que cree» (Rom. 1:16), el apóstol Pablo comienza revelando la ira de Dios contra todo tipo de impiedad e iniquidad (1:18). Los que leen este primer capítulo de la Epístola, suelen pasar rápidamente por la segunda mitad, viendo poca edificación en el tratamiento de las diversas formas de mal. Ahora bien, el apóstol no se limita a enumerar los pecados, sino que advierte de la espiral que conduce al error, y del «gobierno» que Dios ejerce sobre los que cometen iniquidades.
Este engranaje merece ser entendido para comprender lo que caracteriza a nuestra época.
En primer lugar, es sorprendente ver que es el mismo Dios que se enoja por el comportamiento del hombre (1:18), que presenta el Evangelio y ofrece la salvación y su justicia (1:16). Es aún más necesario tener en cuenta lo que se nos revela.
En primer lugar, el apóstol establece que las cosas creadas demuestran el poder eterno y la divinidad de Dios, hasta el punto de hacer inexcusables a aquellos que no reconocen a este Dios Creador (1:19-20 –que es el caso de los partidarios de la evolución).
1.1 - Decadencia progresiva
Ahora, ante este Creador, la criatura –el hombre– tiene el deber de darle gracias y gloria (1:21). Si no lo hace, se produce una primera decadencia progresiva con los siguientes grados de alejamiento (1:21-23):
• los razonamientos se vuelven vanos,
• la inteligencia se pierde,
• el corazón se llena de oscuridad (¡ceguera!),
• diciéndose sabio, se vuelve loco,
• la idolatría comienza y se desarrolla ↔ los idólatras de antaño son los “fans” (aficionados) de hoy.
1.2 - Dios entrega a consecuencias nefastas
Entonces Dios interviene en gobierno, Dios «entrega» (1:24, 26, 28) a consecuencias nefastas. Estas deberían hacer sentir al hombre su miseria y la necesidad de un cambio radical en su estado, y por lo tanto la necesidad de un Salvador. Se distinguen tres etapas en este hecho de «Dios que entrega»:
• a causa de los ídolos que el hombre ha hecho, Dios lo entrega a las concupiscencias, que llegan hasta la decadencia del cuerpo (1:24),
• a causa de la mentira y de la idolatría (honor dado a la criatura), Dios entrega a pasiones infames (1:25-27),
• a causa del abandono del conocimiento de Dios, Dios entrega a un espíritu réprobo (1:28; réprobo = condenado, rechazado por Dios) que lleva a la práctica de cosas que no son adecuadas (larga lista 1:29-32).
2 - Estado del mundo y actividad del espíritu réprobo
Esta acción de un espíritu réprobo nos hace comprender el terrible estado del mundo actual y las aberrantes ideas y religiones que germinan y se extendien en todos los campos: Matrimonio que ya no es el de un hombre y una mujer; género que ya no es el sexo biológico; formación voluntaria de familias sin madre o padre; homosexualidad del alto clero y diócesis en bancarrota por las indemnizaciones que se debe pagar; promoción y generalización del aborto; el Papa que autoriza a los obispos nombrados por las autoridades comunistas; libertad de expresión restringida por el uso extensivo de acusaciones de expresiones de odio y por la prohibición de publicar ciertos temas sensibles; zonas sin ley en un estado de derecho; religión que incita a la violencia, que está descrita como una religión de paz y está promovida por las democracias a expensas del cristianismo; etc. etc.
3 - ¿Debemos desesperar?
Algunas personas, los cristianos, sufren y no entienden, pensando que el cristianismo debe necesariamente triunfar.
El hecho es que ya no estamos frente a faltas que se podrían superarse con medidas adecuadas; esperar corregir el rumbo es una ilusión: nos enfrentamos a la inexorable actividad del espíritu réprobo, como un castigo de Dios.
Entonces, ¿debemos tener miedo, debemos desesperar? → Precisamente en este pasaje, que revela la ira de Dios desde el cielo (Rom. 1:18), el apóstol nos dice «no me avergüenzo del Evangelio», «porque es poder de Dios para salvación a todo el que cree» (1:16):
• ¿por qué deberíamos avergonzarnos del Evangelio? –No por una supuesta insuficiencia del Evangelio, sino por los hombres que buscan difundir esta vergüenza atribuyendo a Dios la culpa de todos sus males, mientras que ellos mismos son el origen de ellos;
• ¿De qué salvación se trata? Hay una salvación inicial, una salvación diaria y una salvación futura. La salvación futura es para la vida eterna (6:23; 13:11; 1 Pe. 1:5); la salvación diaria, o salvación de la carrera cristiana, consiste en aquellas liberaciones con las que el Señor nos rodea constantemente en este mundo hostil (Fil. 1:19; 4:6-7; 1 Tim. 4:16; 2 Tim. 3:15-16; Hebr. 7:25). La salvación inicial es aquella que se obtiene cuando se cree y se acepta al Señor Jesús como Salvador.
4 - Ensañamiento de Satanás al final de los tiempos
El camino del cristiano es el de la fe en todos los tiempos, pero ahora la fe se apoya en Cristo que venció en la cruz y fue glorificado. Otrora, al final de los 40 años de travesía por el desierto del pueblo de Israel, Satanás se ensañó con un esfuerzo supremo para impedir por todos los medios la entrada en la tierra prometida; trató de obtener una maldición sobrenatural a través de Balaam (Núm. 22 - 24), luego una maldición como retribución por el pecado del pueblo (Núm. 25 y 31); luego suscitó una violenta oposición de varios enemigos (Sehón y Og, Deut. 2 y 3). A través de todo esto, Dios preservó a los fieles (Núm. 25:10-13; Deut. 2 y 3), pero 23.000 fornicarios cayeron en un día (1 Cor. 10:8).
5 - La salvación que permanece, asegurada al que cree
De la misma manera hoy en día, a pesar de la actividad de Satanás y del espíritu réprobo, a pesar de la ira de Dios, el verdadero creyente tiene asegurada la salvación (Rom. 1:16). Ciertamente, sabe que el mundo por el que pasa es cada vez más perverso, aberrante, diabólico (Satanás es llamado «gobernante de este mundo», Juan 14:31); pero lo puede atravesar como un extranjero celestial (como un ciudadano del cielo, Fil. 3:20). El socorro divino le está asegurado, «fortalécete en la gracia que es en Cristo Jesús» (2 Tim. 2:1).
La confianza del creyente no puede estar en el hombre, en el brazo de la carne (Jer. 17:5). Esto es quizás lo más difícil de aprender y vivir cuando uno no está acostumbrado a ello. Los medios humanos y las organizaciones humanas decepcionan; las supersticiones religiosas y los rituales no bíblicos engañan. Entonces se debe aceptar dejar todo esto y encontrar la bendición en lo que es simplemente bíblico; la bendición permanece y es suficiente, porque la Biblia es la Palabra de Dios. El acceso directo al Padre (Dios) permanece (Juan 16:26), y la comunión del creyente es directamente con el Padre y con el Hijo (1 Cor. 1:9; 1 Juan 1:3-4). De esta manera, se puede disfrutar de excelentes bendiciones, y beneficiar de la liberación del poder del mal: «Esta es la victoria que venció al mundo, nuestra fe» (1 Juan 5:4). Esta es la salvación prometida por el Evangelio a todos los que creen.